03/06/2013 - La tragicomedia dirigida por Michiel ten Horn tiene muchas posibilidades de colarse en el palmarés de la 12ª edición del certamen rumano

La holandesa The Deflowering of Eva van End [+lee también:
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ficha de la película], de Michiel ten Horn, presentada como parte de la competición oficial de la 12ª edición del Festival Internacional de Cine de Transilvania, que se prolongará hasta el 9 de junio, tiene muchas posibilidades de colarse en el palmarés, que será anunciado el próximo sábado, a pesar de sus potentes competidores. Divertida, impredecible y colorida, esta tragicomedia será distribuida en Rumanía por Clorofilm. 

Es difícil encontrar una familia más disfuncional que los Van End. Sus relaciones parecen basarse en ignorar gran parte de lo que el resto dice o hace. Nadie escucha a la joven Eva (Vivian Dierickx), ni siquiera cuando anuncia a su familia que Veit, un estudiante alemán, vivirá con ellos. La madre, Etty (Jacqueline Blom), no disfruta cuidando de nadie y concentra sus esfuerzos en buscar un tiempo para sí misma que luego no sabe usar. El padre, Evert (Ton Kas), sólo espera una cosa de su hijo menor, el rebelde Manuel (Abe Dijkman): que gane un concurso de comer salchichas por cuarta vez consecutiva. El hijo mayor, Erwin (Tomer Pawlicki), parece el más feliz de todos, a punto de irse a vivir con su novia, pero... nadie está a salvo cerca del inmaculado, vegetariano y benévolo Veit (Rafael Gareisen).

Todos los miembros de esta familia parecen vivir en su propio mundo, intentando moverse en torno al resto sin tocarse o interactuar en la medida de lo posible. Veit es el agujero negro que atrae, fascina y molesta a esta familia, haciendo que tenga que reinventarse (o al menos intentarlo). Hacer el desayuno, dar un masaje, meditar en silencio, hablar de los pájaros o simplemente estar ahí se convierten en el equivalente a enseñar el capote a un toro bravo. El efecto que tiene sobre la familia es muy divertido, mientras se acepte la premisa de que el bastante anónimo Veit tenga un impacto tan notable en los miembros de esta familia.

Con influencias de las familias cinematográficas de Wes Anderson y Todd Solondz, gran parte del mérito se debe al excepcional reparto. Vivian Dierickx está fantástica en su interpretación de la casi autista Eva, que pasa prácticamente desapercibida para quienes la rodean hasta que intenta encontrar su propia voz. El guión de Anne Barnhoorn da con soluciones interesantes y efectivas para desarrollar los personajes y las situaciones son a veces tan creíbles y los baches en las relaciones familiares tan convincentes que el público podrá incluso sentirse identificado. A fin de cuentas, el mensaje es bastante esperanzador: una crisis familiar (causada en este caso por esa bomba psicológica que es Veit) puede ser la base para un futuro mejor.

La obra de Michiel ten Horn es una de las diez óperas primas de la competición del Festival de Transilvania, para un total de doce películas llegadas de todo el mundo. El cine europeo está representado por In a Bedroom [+lee también:
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(Traducción del inglés)