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PELÍCULAS Italia

Lucchetti descubre la comedia

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“Claro, en un momento como éste presentarme con una comedia me da un poco de miedo, pero lo cierto es que reír hace siempre bien, para olvidar estos pensamientos tan serios”. Estas palabras son del director Daniele Lucchetti, pronunciadas en corto a un grupo de amigos antes de la proyección para la prensa de su última película, Dillo con parole mie (Dilo con mis palabras).
La historia que relata es realmente divertida, fresca y ligera como se espera en una comedia. Tras cinco años de silencio, el director de Il portaborse y de Piccoli maestri cambia de tono y descubre la fascinación de la carcajada y la vitalidad del humorismo. La película, nacida a partir de una idea de Stefania Montorsi (coguionista con Ivan Cotroneo y protagonista junto a Giampaolo Morelli y a la debutante Martina Merlino), relata la historia de una tía, que acaba de dejar a su novio tras 7 años de convivencia, y de su sobrina adolescente, preocupada frenéticamente por perder la virginidad. De viaje por la isla griega del amor, Ios, tía y sobrina se aventuran inconscientemente en el conocimiento de ellas mismas, la primera revalorando su historia con el novio y la segunda enamorándose perdidamente de un hombre demasiado adulto.
La película, producida por Conchita Airoldi para Urania Studio Canal y distribuida por Medusa, se estrenará en las salas italianas el próximo 4 de abril.
“La idea de incursionar en un género tan distinto me atraía –dice el director-. Fue divertido cambiar por completo la tradición de la comedia italiana en la que solamente los hombres hablan de sexo y proponer, por el contrario, un diálogo entre una quinceañera y una mujer adulta”. Dos generaciones que se enfrentan, un pulso divertido entre los años 80 y el siglo XXI, entre pequeñas verdades y grandes equívocos, sublimados por bromas punzantes. “He querido huir de toda connotación política, a pesar de que el personaje adulto haya crecido en la época del no compromiso –concluye Lucchetti-. La chica de 15 años no tiene nada que ver con la cultura y la política, sólo con las pulsiones hormonales. He querido que los personajes se representen a sí mismos y no a una generación. Además, la comedia es un acto de amor entre el público y el director y funciona solamente si el público se divierte”.

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(Traducción del italiano)

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