email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

INDUSTRIA Francia

La colosal obra de consolidar y adaptar el modelo francés

por 

- Los paladines de la diversidad del cine reabrieron el debate sobre la financiación del cine francés auspiciados por la presentación del informe Bonnell

La colosal obra de consolidar y adaptar el modelo francés

"No es urgente pero ya es hora de actuar". Invitado ayer a París para comentar su informe sobre "la financiación de la producción y de la distribución cinematográficas en la edad digital"(está disponible en francés en este enlace), René Bonnell ofreció un análisis técnico y detallado que incluía medio centenar de sugerencias más o menos coercitivas que repercutirán en las próximas negociaciones que mantengan los profesionales del sector y, en caso de hundimiento, en decisiones más abruptas a cargo de la ministra de cultura de Francia, Aurélie Filippetti.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

El análisis deconstruye los desequilibrios actuales: erosión de las fuentes de financiación de la producción (cines, televisión, vídeo), que tiene todos los visos de seguir adelante; bipolarización, con grandes presupuestos a veces inflados, obras frágiles en vías de empobrecimiento y películas con presupuestos medios que desaparecen poco a poco; aumento desproporcionado de los gastos de producción (un fenómeno que parece haberse atenuado un poco en 2013); grandes tensiones en torno a la distribución (ahora una actividad que conlleva grandes riesgos); mercado de streaming legal que no cumple sus promesas... Una radiografía muy aguda que se completa con un estudio del  CNC sobre la economía de las películas de iniciativa francesa: en total, 1283 largometrajes estrenados entre 2004 y 2011 sometidos a análisis, del que se derivan algunas conclusiones clave: una tendencia global ligeramente deficitaria (con visos de agravarse) entre recaudación en taquilla y gastos de realización; un valor patrimonial de las obras (un 40% de la recaudación tiene lugar a partir del segundo año de explotación, mientras que el 84% de ingresos que genera una película tiene lugar siete años después de su estreno); el hecho de que aproximadamente un tercio de las películas son rentables para sus productores (un resultado a tener en cuenta más aún en una industria "prototípica"), y una rentabilidad global de los largometrajes con un presupuesto que oscila entre los 4 y los 15 millones de euros.

Sobre las 50 medidas precisas para adaptar el sistema francés, el informe Bonnell propone: "trasladar progresivamente la financiación allí donde se encuentran sus fuentes"; "aumentar la implicación de los medios de difusión emergentes"; "revisar cualitativamente el nivel de obligaciones que tienen los medios de difusión con mayor tradición"; "redistribuir la inversión hacia películas de presupuesto medio"; "calmar el juego" en torno a los gastos de producción (sin confundir nivel presupuestario y exceso de financiación); poner fin a prácticas "inaceptables" en relación al caché de ciertos artistas; reforzar el capital que poseen en propiedad las productoras; animarlas a unir fuerzas; apoyar con fuerza la distribución; optimizar la transparencia del rebote de la recaudación al cabo de cierto tiempo (lo que iría en detrimento de una tendencia inflacionista); adelantar el acceso a través de plataformas VOD (streaming legal) a una película 18 meses (en lugar de los 36 actuales) después de un estreno en cines, y reducir la rigidez de la exclusiva de explotación de Canal+ y otras televisiones, ofreciéndoles como contrapartida un aumento de la disponibilidad del contenido en sus ventanas o beneficios en su posición en la cronología de medios. El abanico de propuestas es muy amplio (también incluye retoques en los sistemas de ayudas automáticas y selectivas del CNC) y habrá de debatirse ahora entre los profesionales, cosa que no será fácil teniendo en cuenta que cada uno dispone de una visión y unas prioridades bien distintas. Un grupo de trabajo sobre películas "frágiles" ha lamentado que el informe no haya abordado el crucial asunto de la exposición de las películas en los cines. En cualquier caso, todos comparten ya la postura de que el sistema francés requiere una adaptación. Queda por ver ahora cuáles serán las primeras decisiones que se tomarán y si la solidaridad profesional triunfará con un compromiso o si la clase política deberá hacerse con las riendas para engrasar la maquinaria de la segunda industria cinematográfica del mundo.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy