CANNES 2014 Un Certain Regard / Francia
Amour fou: "¿Desea usted morir conmigo?"
por Fabien Lemercier
- CANNES 2014: Jessica Hausner firma una obra suntuosa en el corazón de las paradojas del romanticismo y del conformismo burgués de principios del siglo XIX
"Seremos inmortales juntos". A principios del siglo XIX, el romanticismo sembró en Europa un clima de exaltación que mezclaba la pasión amorosa y la muerte en un contexto histórico en el que las repercusiones de la Revolución Francesa se propagaban como un terremoto a través de la conformista sociedad del Viejo Continente. En esta amalgama de calor y frío se ha internado la directora austriaca Jessica Hausner para realizar Amour fou [+lee también:
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ficha de la película], presentada hoy en la sección Un Certain Regard del 67º Festival de Cannes. Esta suntuosa cinta constituye un puzzle que contiene el trágico destino de un personaje histórico: el escritor Henrich von Kleist, que tratará de seducir a una mujer para llevarla consigo hasta la tumba. El encuentro que el largometraje relata metodológica y delicadamente todos y cada uno de los malentendidos e inflexiones rodeándolos de una atmósfera apelmazada y casi teatral de la que la cineasta extrae una intensidad sorda alimentada y una estética excepcional.
Berlín, 1811. La familia Vogel organiza el convite. Tocan el clavecín, hay canciones con aire melancólico y los invitados aplauden con la contención de rigor. Entre ellos está el poeta Heinrich (Christian Friedel), cuyos escritos han llamado la atención de la dueña de la casa, Henriette (Mite Birte Schnöink), prototipo de mujer de interior burguesa de la época que adora a su marido ("pertenezco a mi esposo y no pediré nunca mi libertad") y a su única hija y encargada de las cuentas del hogar. La mujer duerme en la misma habitación aunque en camas separadas (pero contiguas) con su bienaventurado cónyuge, quien, a su vez, está obsesionado por un trabajo que tiene que ver con la implantación de un impuesto para todas las clases sociales. Aunque también es propietario de un palacio en el que reinan las cortapisas de las convenciones, Henrich ambiciona algo totalmente distinto: desea morir ("el presente carece de todo encanto y mi porvenir es oscuro"). A su boca no hacen más que venir una y otra vez las palabras "destino", "heridas del alma" y "sufrimientos", y, toda vez que su prima Marie ha rechazado su proposición de suicidarse con él, acude a Henriette. Con una mezcla de declaración de amor y análisis psicológico de la joven ("usted no quiere nada y nadie la quiere a usted"), perturba a Henriette hasta el punto de provocarle una enigmática enfermedad. Una sesión de hipnosis revela a su marido sus angustias ante el vacío de su existencia y, posteriormente, se le diagnostica un tumor incurable. La noticia empuja a Henriette a aceptar la proposición de doble suicidio de Henrich. Sin embargo, los malentendidos y las dudas no permitirán que el funesto desenlace pueda alcanzarse tan fácilmente.
Siguiendo la línea de retratos de mujeres trazada en sus anteriores obras (Lovely Rita [+lee también:
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ficha de la película], Hotel [+lee también:
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crítica
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entrevista: Jessica Hausner
ficha de la película]), Jessica Hausner aborda en esta ocasión un personaje un tanto extraño en su propio entorno, poseedor de un halo de misterio que se encarna idealmente en mitad del conformismo social de la época de Amour fou con sus emociones sentenciosas ("uno dice una cosa y siente otra") y la literatura de la expresión de sus emociones. La directora observa las reacciones de sus protagonistas como en un espejo y consigue, en todo caso, hacer brotar intensidad a través de éstas en particular en los dos protagonistas que se debaten entre sus propias contradicciones (el hombre egocéntrico y manipulador y la mujer de ambivalentes deseos). Con todo, más allá de esta intriga, dominada por la sutilidad psicológica, la cinta reconstruye con una precisión impresionante las costumbres de la burguesía prusiana de principios del siglo XIX gracias a unos decorados y un vestuario de categoría. El gran talento del director de fotografía Martin Gschlacht y el sentido pictórico en la composición de planos de Jessica Hauner, en particular su destreza para con la profundidad de campo, dotan al film de una suntuosa pátina de realismo estilizado que hace de Amour fou una obra de arte redonda.
(Traducción del francés)
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