11/08/2014 - El tercer largometraje del joven director ruso Yury Bykov asombra gracias a su angustiosa historia narrada en clave luminosa

Presentada en la competición oficial en la 67ª edición del Festival de Locarno, Durak (The Fool) [+lee también:
tráiler
entrevista: Yury Bykov
ficha de la película], de Yury Bykov, es el retrato de un hombre aparentemente “normal” que decide seguir a su propia conciencia, a su propia sed de integridad, a pesar de las dificultades y la corrupción de un mundo actualmente a la deriva. Nuestro héroe se llama Dima Nikitin, sencillo y honesto padre de familia que trabaja como fontanero para pagarse los costes de la universidad. La suya es una vida aparentemente banal, en una pequeña ciudad rusa de arquitectura deshumanizadora. Una noche como cualquier otra, a Nikitin lo llaman de urgencia para acudir a una residencia en donde han explotado de repente el sistema de cañerías, poniendo en serio peligro a los habitantes, una microsociedad compuesta de alcohólicos, marginados sociales y mujeres maltratadas. Nikitin constata con asombro que el edificio está en un estado catastrófico, a punto de derrumbarse. Es necesario evacuar a todos los ocupantes pero nadie se hace cargo. El alcalde de la ciudad y su panda de burócratas corruptos prefieren olvidarse de sus preocupaciones en una fiesta de cumpleaños no precisamente decadente. Nuestro héroe no tiene intención de abandonar su misión y decide partir en una cruzada de la que no saldrá indemne. 

Según el propio director, la inspiración para su tercer largometraje surgió de improviso, durante una estancia en su casa, en su país de origen. La arquitectura y los grandes edificios que dominan el paisaje lo impactaron al momento a causa de su ruinoso estado y de sus paredes ennegrecidas y desmenuzadas. Los habitantes de estos monstruos de cemento se lamentan constantemente del estado deplorable de sus habitaciones, que arreglan ocasionalmente de forma precaria para parecer superficialmente “sanas”. La realidad es muy diferente y estos trucos no hacen más que empeorar una situación urbanística actualmente al límite de la explosión. El estado no piensa otorgar más financiación para la construcción de nuevas viviendas, mientras el erario público se despilfarra sin escrúpulos. La situación es catastrófica y ya no permite al “simple” trabajador vivir en una casa digna.

Nikitin representa la conciencia de esta sociedad a la deriva en donde el individuo lucha por su propia supervivencia, cegado por el miedo y la violencia que lo rodea. A pesar de todo, nuestro héroe decide andar contracorriente siguiendo sus propios principios, eligiendo ser fiel a sus ideales de igualdad y altruismo. Su lucha lo llevará quizá hacia la destrucción, pero su alma permanecerá intacta. La aparente locura que lo anima no es una reacción a la indiferencia y al cinismo de una sociedad que ya no tiene nada que ofrecer. Con Durak Yury Bykov muestra que la luz no viene del exterior sino del interior, de la fuerza y del coraje de cada individuo. Con su notable interpretación, Artem Bystrov regala al personaje un aura melancólica de héroe romántico verdaderamente eficaz. 

Durak está producida por Rock Films.

(Traducción del italiano)