Far from Men, caminar para vivir
- VENECIA 2014: Este western francés ambientado en la revolución argelina ha colocado la alfombra roja veneciana para Viggo Mortensen, Reda Kateb y David Oelhoffen
Tras su ópera prima (Nos retrouvailles [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], 2007), que fue seleccionada en la Semana de la Crítica de Cannes, David Oelhoffen se ha mantenido casi oculto. Han sido necesarios siete años para que el segundo largometraje del guionista y director francés llegase a las pantallas, en competición ahora en la 71ª Mostra de Venecia. Far from Men [+lee también:
tráiler
ficha de la película] es una road movie sin carretera, un western moral cuya acción tiene lugar en Argelia en 1954, en plena revolución. Daru (Viggo Mortensen hablando un francés impecable), hijo de colonos españoles, anhela una vida fácil que pueda dedicar a ser profesor. En su pequeña y aislada escuela, enseña a sus jóvenes estudiantes árabes a leer y escribir en francés. Esta “escuela sin franceses” no es especialmente popular para las fuerzas invasores. Una mañana, la policía le confía a Mohammed (Reda Kateb), un prisionero acusado de asesinar a su primo. Daru debe entonces escoltarlo a la ciudad, en un día de caminata a través del desierto, hacia su juicio y su muerte. Daru rechaza la tarea, pero cuando su prisionero rechaza ser liberado y le suplica que lo lleve para ser juzgado, los dos hombres salen al encuentro de un camino amenazado por los rebeldes, reyertas entre familias locales y la armada francesa.
Con su artesanía elegante y clásica, Far from Men es un sólido trabajo que contiene una magnífica fotografía de Guillaume Deffontaines, que ofrece un perfecto retrato del árido clima del que la película depende. La excelente banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis refuerza el ángulo western de la película. Además, la historia tiene un sutil toque de El tren de las 3:10 y se basa libremente en El invitado, una novela corta de Albert Camus. Se concentra principalmente en la exploración de los dos personajes, la relación que se desarrolla entre ellos y sus motivaciones morales. Daru es un hombre solitario que cree difícil sentirse en casa en un país en donde no es apreciado por los franceses y en donde es odiado por los árabes, que lo asocian con la ocupación. “Para los franceses, éramos árabes. Para los árabes, somos franceses,” explica hablando de su ascendencia andaluza. Viggo Mortensen encarna perfectamente la dignidad de su personaje y el rigor militar de un hombre de principios que ha dedicado su vida a una causa que ahora se le quita de las manos. Por otra parte, Reda Ketab rezuma la autenticidad de un hombre falto de perspectivas que da su vida por su pueblo. Para darle un futuro a este extraño, Daru debe decirle adiós a su vida. El país cambia de manos, y su posición se ha convertido en incierta, pero Daru es un hombre justo que tiene un gran sentido de la vocación. En lo que sea que le vaya a pasar, el espectador sabe que siempre tomará la decisión “correcta”.
Far from Men es también una postal de un periodo crucial en la historia argelina. La película provee algunas de las claves para entender la revolución y no estigmatiza ninguna de las culturas, aun por muy diferentes que puedan ser. Su austera ambientación refuerza la hostilidad de la región, yuxtaponiéndola a la empatía que se construye entre los dos personajes. En una atmósfera repleta de muerte, esta relación nos recuerda al milagro de la vida, y el proceso de transferir el placer de la vida de una persona a otra. Cuando está bien dirigida, la moral también forma parte de las grandes lecciones que el cine puede enseñar.
(Traducción del francés)