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SAN SEBASTIÁN 2014 Perlas

Escueto retrato del famoso traficante en Escobar: Paraíso perdido

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- Clausuró la sección Perlas esta coproducción entre España, Francia y Bélgica, protagonizada por Benicio del Toro

Escueto retrato del famoso traficante en Escobar: Paraíso perdido

El primer Donostia de este año recayó en el norteamericano Denzel Washington, quien abrió la Sección Oficial del certamen vasco con su olvidable artilugio The Equalizer; y la sección Perlas que exhibe lo mejor que ha pasado por otros festivales cinematográficos, puso su guinda final con Escobar: Paraíso perdido [+lee también:
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, que tiene en su reparto al oscarizado actor caribeño Benicio del Toro. Escrita y dirigida por un debutante en estas lides, el actor italiano Andrea di Stefano (visto en títulos como Antes que anochezca, El fantasma de la ópera –de Argento- o Nine), utiliza la figura del brutal narcotraficante Pablo Escobar para construir una trama de suspense que lidera el joven Josh Hutcherson, actor de la saga Los juegos del hambre, quien provocó más histeria entre las adolescentes concentradas en San Sebastián que el mismísimo galán Nicolaj Coster-Waldau, protagonista de Una segunda oportunidad [+lee también:
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, presentada días antes.

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Por lo tanto, quienes esperen un biopic de tan polémico e interesante figura, se sentirán defraudados. También aquellos que busquen una película autoral con mensaje político-social. Porque Escobar… es, sobre todo, un film de suspense salpicado de romance, bonitos escenarios y algo de acción. Vamos, un título de factura perfectamente comercial que sólo tiene una explicación para ser incluido en una sección como Perlas: traer a su intérprete Del Toro a Euskadi para recoger el premio Donostia.

Y es que Del Toro interpreta, con su convicción habitual, a algo así como a un Padrino colombiano: un niño grandote capaz de jugar con sus hijos, cantar en una fiesta y rodar películas, que ha construido un parque temático/zoo alucinante (una especie de Neverland donde el coche en el que fueron acribillados Bonnie y Clyde comparte espacio con elefantes reales y dinosaurios de cartón piedra) y que es aclamado como una rock star por las masas -que le consideraban un moderno Robin Hood por repartir con ellos su riqueza- cuando se entrega a la policía. Di Stefano ha preferido que sigamos al joven surfista canadiense que encarna Hutcherson (y suponemos que, con su inclusión en el reparto los productores se garantizan un buen pellizco en la taquilla, atrayendo a las audiencias juveniles), quien se enamora de la sobrina del capo mientras va cayendo en sus redes de seducción y manipulación… hasta que descubre sus crímenes y tejemanejes sin límites.

Como film de entretenimiento y suspense, la película funciona bien, pues posee ritmo, buena factura y una bella fotografía, pero como radiografía de un personaje tan polémico como Escobar no, pues el apodado “el Patrón” casi es un personaje secundario, retratado como un despiadado, beato y caprichoso ogro. Habrá que revisar los documentales realizados sobre este mítico líder si queremos profundizar en su figura y encontrarle más sentido a ese fervor popular que despertó, algo que este film (cuyas ventas internacionales corren a cargo de Pathé International) presentado en San Sebastián sólo aborda tangencialmente.

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