24/10/2014 - Lo nuevo de Claudio Noce esconde turbios misterios en una localidad alpina pequeña y aparentemente tranquila. Emir Kusturica, Ksenia Rappoport, Adriano Giannini y Domenico Diele encabezan su reparto

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tráiler
entrevista: Claudio Noce
ficha de la película] [en español, el bosque de hielo]. Nieve, viento gélido, lágrimas en los ojos, pies helados: se diría que uno siente todo ese frío dentro de sí, en la sala, al ver la película. En efecto, la cinta de de Claudio Noce (que con Good Morning Aman [+lee también:
crítica
ficha de la película] ganó el premio FICE al mejor debut en Venecia en 2009), presentada en el la sección Cinema d’Oggi del festival de Roma, está ambientada en las alturas, entre los valles y las presas del Trentino, entre montañas blanqueadas, teleféricos y albergues donde el alcohol fluye a voluntad. Se trata de un thriller de atmósfera, al ralentí, un tanto noir, que habla de tierras de frontera y tráfico de inmigrantes ilegal, de un pasado que vuelve y de un plato de venganza que se sirve veinte años después del desencadenante y, cómo no, frío.

Los que desafiarán el hielo son Ksenia Rappoport, Adriano Giannini, Domenico Diele y Emir Kusturica, en la que es su tercera aparición en el cine italiano (Andò y Robbiano fueron los directores transalpinos que han trabajado con él anteriormente). Un misterio se esconde en torno a la presa encajada sobre un pequeño pueblo alpino en el confín con Eslovenia. Lo investiga Lana (Rappoport), una tenaz agente de policía que, haciéndose pasar por una zoóloga en busca de osos, tratará de desvelar los secretos de esta comunidad escabrosa y traicionera, donde se mueven “hombres bestia”, las barbas crecen desordenadas, los rostros están escarbados por el viento y los ojos esconden enigmas. Los hermanos Lorenzo (Giannini) y Secondo (Kusturica) trafican con inmigrantes clandestinos, hoy la mayoría africanos, hace veinte años bosnios que huían de la guerra. Sin embargo, tras la llegada de Pietro (Diele), un joven técnico al que llaman para reparar una avería en la central eléctrica, Lorenzo desaparece sin dejar rastro. Pietro no es quien dice ser; en 1994, uno de los niños que atravesó secretamente aquella presa fue él.

En resumen, estamos ante una película de género con ecos de actualidad (la explotación de la inmigración) que no por ello renuncia a la emoción. Esa era precisamente la intención de Noce. Por esto, escribió el mismo un guion, en colaboración con Francesca Manieri y Elisa Amoruso, deliberadamente elíptico, que cuenta poco de los personajes y de su pasado y deja en suspenso algunas subtramas, apoyándose en gran medida en una dirección cuidadosa, unos paisajes magníficos y la destreza de los actores, con el riesgo de perder o confundir al espectador como contrapartida. Sin embargo, si es verdad que una buena película es la que sabe crear una atmósfera, La Foresta di ghiaccio lo consigue sin duda: el frío entra en los huesos, al igual que las miradas de los montaraces y la naturaleza que se despliega silenciosa, teatro de tráfico humano, odio y soledad.

La Foresta di ghiaccio es una producción de Ascent Film con Rai Cinema y los apoyos del Mibact y la Trentino Film Commission. Fandango la estrenará en los cines italianos el 13 de noviembre. De las ventas internacionales se ocupa la francesa Doc & Film International. Tras su debut en Roma, la cinta ya se ha vendido a Rusia y los países de la antigua Yugoslavia y hay negociaciones ya con España, Francia y Portugal.

(Traducción del italiano)