05/12/2014 - Una de las películas mas aplaudidas por la crítica internacional en 2014 llega esta semana a las pantallas portuguesas

Midas Filmes distribuye esta semana una de las películas portuguesas más reputadas del año, Cavalo Dinheiro [+lee también:
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ficha de la película]. La película se convirtió en uno de los acontecimientos cinematográficos de 2014 desde que se presentó por primera vez en Locarno y allí le reportó a Pedro Costa el premio a la mejor dirección (leer más). Después, Cavalo Dinheiro empezó un circuito de varios festivales internacionales (Sevilla, Mar del Plata, festival de cine de vanguardia en Grecia…) y, ahora que se acerca el final del año, varias publicaciones, como la inglesa Sight and Sound o la francesa Les Cahiers du Cinéma, le han dado una plaza destacada en sus listas de los mejores largometrajes de 2014.

Producida por Sociedade Óptica Técnica, Cavalo Dinheiro es una película de regresos. Del regreso de Costa a los largometrajes tras varias incursiones en el formato corto. Y es también –y sobretodo– el regreso a un actor, Ventura, el caboverdiano inmigrado en Lisboa desde hace décadas, con quien Costa ya colaboró en Juventud en marcha [+lee también:
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ficha de la película] (2006) y en tres cortos.

Arrebatadora, onírica y fantasmagórica, Cavalo Dinheiro es también un regreso al pasado reciente de un país, a las memorias de la revolución de 1974, y a las vivencias de la comunidad africana en un país ex colonizador aprendiendo los retos de la democracia. Ventura surge acompañado por dos otros inmigrantes cabo verdianos, Vitalina Varela y Tito Furtado. Y los tres, como tantos otros, podrían ser marionetas de un sistema trágico de cuyo destino no pueden escapar. La canción Alto Cutelo, del grupo Os Tubarões –que suena dos veces en la película, una en su versión original, otra cantada por Ventura– no especifica ese destino, pero su letra nos deja algunas pistas sobre las vidas de la diáspora caboverdiana en la metrópoli: mano de obra barata, lejos de su país, explotada en los astilleros navales de Lisboa.

Pero todo esto –las memorias, las referencias políticas, la canción que rompe momentáneamente con la austeridad de la película–, todo esto escapa al filtro de una narración convencional y cronológicamente coherente, como si el pasado y el presente se deconstruyeran para que después se fusionaran otra vez en una serie de poderosos tableaux vivants magníficamente construidos por la cámara de Costa y de Leonardo Simões.

También en las pantallas esta semana, Casanova Variations [+lee también:
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ficha de la película], una película-ópera del austriaco Michael Sturminger con producción de Paulo Branco, estrenada a concurso en el ultimo festival de San Sebastián (leer la crítica).

Con los estrenos de Cavalo Dinheiro y Casanova Variations se completa la lista de los 37 títulos de producción (o coproducción) nacional estrenados en 2014, un año en el que una sola película portuguesa, Os Maias [+lee también:
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ficha de la película], de João Botelho, logró superar la barrera de los 100.000 espectadores.