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BERLINALE 2015 Forum

Llega la experimental The Days Run Away Like Wild Horses Over the Hills

por 

- BERLÍN 2015: Marcin Malaszczak echa mano del propio lenguaje cinematográfico para llevar conceptos complejos hasta los límites de su discusión

Llega la experimental The Days Run Away Like Wild Horses Over the Hills

¿Cómo experimentamos el tiempo? ¿Cómo transcurre? ¿Somos capaces de recordar las acciones concretas que lo componen? Quizá estás leyendo lánguidamente una crítica de una extraña y oscura coproducción entre Alemania, Polonia y Estados Unidos presentada en la sección Forum de la 65ª Berlinale, pero, aún así, ¿cómo percibes el tiempo? Aun si lo supieras, ¿valdría tu manera de percibirlo a los demás? ¿cómo lo experimentan ellos?

Estos son los contemplativos caminos que Marcin Malaszczak recorre con lentitud y humor en su tercera película en tres años: The Days Run Away Like Wild Horses Over the Hills [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. Esta vez, sin embargo, Malaszczak pone toda la carne en el asador; no sólo la suya, sino también la de las mujeres que han pasado por su vida. Y en lugar de exponer al público a toda una serie de personas, cuestiones y minutos, la cinta consigue de algún modo frenar el presente y ofrecer el tiempo preciso para verlo pasar.

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La película también tiene un alto grado de experimentación; presenta una especia de encabalgamiento abstracto parecido a la poesía (de hecho, su título proviene de un poemario que Charles Bukowski escribió para su amante: Los días corren como caballos salvajes por las montañas). Se presta asimismo muy especial atención a los matices del encuadre: líneas fuertes, simétricas y verticales se esfuerzan en dirigir el ojo de un lugar a otro. Quizá más que cualquier otra película reciente, The Days... parece ser parte de un debate sobre el cine y sobre cómo podemos construirlo diferentemente.

La diestra mano del director tiene mucho que ver en esto. Malaszczak nos impide durante un breve lapso de tiempo ver una ducha, por ejemplo, y, en su lugar, nos presenta un simulacro: una cortina de ducha con una divertida estampa de gotas tridimensionales. En otro caso, nos llama casi brechtianamente la atención para que nos fijemos en la pantalla que tenemos delante filmando en repetidas ocasiones a sus personajes a través de espejos negros de platós de televisión, creando así dos capas de imágenes. The Days... es, por tanto, una obra de marcado carácter dialéctico en la que las cosas se comunican (o las trasladamos nosotros a la película) en código binario o a través de ausencias de igual modo que se transmiten en fragmentos documentales de lo más literal.

La atención reverencial que Malaszczak presta a las mujeres lleva inevitablemente a fijarse en la ausencia de hombres. Las repeticiones y la gran concentración de espacios internos y domésticos nos permite superar simbólicamente el campo de fronteras geográficas y lingüísticas que exigió la producción (Australia, Alemania y Polonia). Por mucho que trata de acompasar líricamente esta historia totalmente femenina, Malaszczak se ha visto obligado a discriminar entre fragmentos familiares cálidos y borrosos (y granulados) y otras partes adultas en blanco y negro. Por mucho que diferencia entre la ausencia y la presencia del color, su gradación le ha permitido pasar de una a otra con una sutileza que hace casi imperceptibles los cambios. Por mucho que se borra a sí mismo a través de dogmas formales, uno no puede sino sentirse fascinado ante la manera en la que Malaszczak está presente en el plató. Su película es un desafío permanente al escrutinio, lo cual no deja de ser una proeza.

Su agente de ventas es New Morning Films.

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(Traducción del inglés)

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