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SOLEURA 2015

Thomas Hirschhorn-Gramsci Monument: retrato de un personaje de mil caras

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- La cinta del director suizo Angelo Alfredo Lüdin es una reflexión cinematográfica sobre un personaje complejo que se encuentra al límite de la esquizofrenia

Thomas Hirschhorn-Gramsci Monument: retrato de un personaje de mil caras

Tras el impresionante retrato de la actriz y narradora sangalesa Trudi Gernst y el del gráfico y organizador de eventos (entre otros, del célebre festival de Jazz de Willisau) lucernense Niklaus Troxler, Angelo Alfredo Lüdin aborda la figura de un artista suizo: Thomas Hirschhorn. Su último documental (presentado a concurso por el galardón de las últimas Jornadas de Soleura) es un sabio retrato cinematográfico de un personaje controvertido y misterioso, a caballo entre la realidad y la ficción, en un ir y venir constante entre su imagen pública y su intimidad. Thomas Hirschhorn-Gramsci Monument [+lee también:
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ficha de la película
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juega con el concepto de “figura pública” dibujando con sutileza y calibre la línea que separa al mito del hombre que tras él se esconde, el personaje y la verdad profunda más allá de la construcción mediática. Con su último largometraje, Angelo Lüdin evidencia la complejidad y la ambigüedad de su compatriota, en cuyo cuerpo se alberga un impresionante número de personajes distintos.

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Gracias a la invitación de la famosa Dia Art Foundation de Forest Houses (un conjunto de cajas de ahorros de la zona sur del Bronx neoyorquino), Thomas Hirschhorn cierra definitivamente con su “Monumento a Gramsci” la serie de obras monumentales dedicadas a sus filósofos preferidos. El artista suizo se ve ayudado en su empresa por los habitantes del barrio, que se convierten en su mano derecha y proporcionan testimonios involuntarios de su proceso de creación artística. El “Monumento a Gramsci” se transforma, en lo que transcurre un verano, en el punto de encuentro principal de las gentes de un barrio problemático pero que es, ante todo, el centro neurálgico del sofisticado mundo del arte contemporáneo.

Angelo Alfredo Lüdin lleva su cámara por esta aventura humana paradójica: una confesión íntima a menudo involuntaria de un artista abre la brecha, casi siempre abismal, que existe entre las ambiciones artísticas y la realidad cotidiana. El último largometraje del director de Basilea desvela poco a poco, con finura y determinación, la ambigüedad del proceso artístico y las dificultades a la hora de mantenerse fiel a los propios ideales en un contexto difícil como es el del Bronx, donde tan fácil resulta perderse. Thomas Hirschhorn-Gramsci Monument no es la hagiografía fílmica de un artista superstar sino un análisis lúcido y profundo de una paradoja. La fuerza del documental de Lüdin reside en la búsqueda inveterada del error, de la fractura en el “sistema Hirschhorn”: ese momento de vulnerabilidad en el que surge el rostro verdadero de un artista de personalidad tan compleja como enigmática. Hirschhorn quiere que su arte esté fundamentado en la realidad local pero, a la vez, de manera paradójica, no se preocupa (o, mejor dicho, no puede permitirse preocuparse) de los problemas cotidianos a los que los propios lugareños deben enfrentarse.

¿Qué quedará después de la destrucción del monumento a Gramsci? ¿De verdad habrá cambiado la vida de los residentes del Bronx? Estas son las preguntas que se plantean las personas “reales” que han construido el monumento, peones de una partida con profundas repercusiones. Lüdin subraya la ambigüedad de un artista que se debate entre ambiciones personales y problemas concretos, en un mundo, el artístico, a menudo permeable y excesivamente intelectual. Gracias a la cámara de Lüdin, que documenta sin descanso las etapas cruciales de la construcción del monumento, Hirschhorn se muestra a veces como un tirano y a veces como un mesías dispuesto a cambiar el triste día a día de toda una comunidad. El director helvético se insinúa con destreza y decisión en la mente de un monstruo sagrado del arte contemporánea y arroja, en la pantalla, un resultado sorprendente.

Thomas Hirschhorn-Gramsci Monument es una producción de Soap Factory GmbH, Schweizer Radio und Fernsehen y SRG SSR. Su agente de ventas internacionales es Soap Factory GmbH.

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(Traducción del italiano)

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