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LOCARNO 2015 Cineastas del presente

Keeper o el borrascoso paso de la adolescencia a la edad adulta

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- LOCARNO 2015: La película de Guillaume Senez, estrenada a escala mundial en la sección Cineastas del presente del festival de cine de Locarno, asombró y conmovió

Keeper o el borrascoso paso de la adolescencia a la edad adulta
Kacey Mottet Klein y Galatea Bellugi en Keeper

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ficha de la película
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es el primer largometraje del director bruselense Guillaume Senez, una coproducción entre Bélgica, Suiza y Francia y un retrato sin concesiones, intenso y violento, de la adolescencia. La cinta se ha estrenado a escala mundial en la sección Cineastas del presente del festival de cine de Locarno, sorprendiendo y fascinando al público gracias a su enfoque realista y al mismo tiempo sublime desde el punto de vista estético (magnífica la fotografía de Denis Jutzeler). Guillaume Senez se adentra sin miedo en un mundo en el que todo parece aún posible, cruelmente hermoso e increíblemente complejo. Tras la aparente fragilidad y la inconsciencia de sus personajes se esconde una impresionante necesidad de amor, una búsqueda incesante de lo absoluto que los lleva a elegir cosas que pueden parecer absurdas, al límite de la locura. 

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Maxime (grandioso Kacey Mottet Klein) y Mélanie (sorprendente Galatea Bellugi) están enamorados, se buscan y se descubren, con tosquedad pero con intensidad. Un día, Mélanie descubre que espera un hijo y Max, tras un primer momento de parálisis, decide afrontar, a su manera, la situación. La decisión está tomada, quieren tener el hijo, a pesar de que tienen sólo 15 años y cuentan con una oposición categórica por parte de la madre de Mélanie. La joven pareja debe, por tanto, afrontar las consecuencias de una elección dura y radical. Guillaume Senez evita con maestría la trampa del sentimentalismo optando por un enfoque realista, directo y sin florituras. Keeper es una historia conmovedora, no cabe duda, pero nunca resulta emotivamente excesiva. Lo que interesa a nuestro director bruselense es la “verdad” del momento, la espontaneidad de una interpretación impregnada de vida por parte de sus actores protagonistas. El primer largometraje de Guillaume Senez nace, en efecto, de las vivencias del propio director y de sus actores, en una especie de melting pot emotivo que se enriquece continuamente. Las emociones expresadas con increíble justicia por los protagonistas son un reflejo (in)voluntario de su bagaje emotivo y de sus mundos interiores. La realidad se mezcla de manera seductora con la ficción en una búsqueda constante de inmediatez y autenticidad. Resulta difícil no pensar en directores como Alain Tanner, los hermanos Dardenne o Mike Leigh, tercos exploradores de un realismo cinematográfico directo enriquecido por una investigación estética a veces sublime. Keeper no es sólo una película sobre la adolescencia, periodo de la vida en que la ligereza se tiñe de incomprensible violencia, sino también y sobre todo una obra sobre la paternidad o, más bien, sobre la imposibilidad de ser padre. Max querría asumir su papel, afrontando una situación que en un primer momento lo paralizó pero no puede: la sociedad le impone alejarse, dejando a su madre y únicamente a su madre el derecho de decidir. Keeperhabla de pasión, de la búsqueda de lo absoluto a pesar de los problemas de una realidad que a menudo resulta demasiado dura. Una película conmovedora y violentamente atractiva.

Keeper tiene como agente de ventas internacionales a Be For Films.

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(Traducción del italiano)

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