05/09/2015 - VENECIA 2015: La película de Renato De Maria explora la vida y las hazañas de seis gánsteres en la Italia de posguerra

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entrevista: Renato De Maria
ficha de la película] en la sección Orizzonti de la Mostra de Venecia del pasado año, el director italiano Renato De Maria vuelve a la misma sección con Italian Gangsters [+lee también:
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ficha de la película], un intrigante y entretenido docudrama sobre seis infames ladrones de bancos y mentes criminales que controlaban Milán y Bolonia después de la Segunda Guerra Mundial. La película también está disponible en Sala Web, la plataforma de proyección online del festival.

De Maria mezcla imágenes de archivo, fragmentos de películas de gánsteres y largos, graciosos y apasionados diálogos interpretados por actores, pero basados en entrevistas o autobiografías de los llamados “los seis despiadados”: Ezio Barbieri (Francesco Sferrazza Papa), Paolo Casaroli (Sergio Romano), Luciano Lutring (Luca Micheletti), Luciano De Maria (Paolo Mazzarelli), Horst Fantazzini (Andrea Di Casa) y Petro Cavallero (Aldo Ottobrino). Mirando directamente al público, describen su vida desenfrenada de robos y delitos a la vez que hacen comentarios acerca de dos décadas que cambiaron Italia por completo.

El hecho de que los actores sean prácticamente desconocidos para el público internacional refuerza los convincentes monólogos escritos por Valentina Strada, Federico Gnesini y De Maria. Eso obliga al espectador a prestar atención a las confesiones de los gánsteres: la fascinación por la adrenalina y la anarquía es solamente un aspecto de la perspectiva de la vida de los temerarios. La pobreza, la impotencia y el hambre en las ciudades italianas de posguerra les hicieron convertirse en “banditi”, delincuentes dispuestos a robar bancos por una vida mejor.

“Mi dedo sobre el gatillo era más rápido que mis pies en el campo de fútbol”, dice Barbieri al explicar por qué se convirtió en un gánster. De los seis, él es el comodín, con una “carrera” impresionante y una crueldad que lo llevó a convertirse en el gánster más poderoso de Milán. Lutring recuerda los partisanos y los combatientes de la resistencia que se reunían en el café de sus padres y alardeaban de sus intrépidas hazañas. Fantazzini habla sobre pobreza y condiciones de trabajo humillantes, mientras que Cavallero menciona las fábricas de Fiat, donde los trabajadores casi no tenían derechos y donde meros esclavos trabajaban en los coches más populares de Italia.

Exploración de su mentalidad anárquica, Italian Gangsters pulsa las teclas correctas de modo que el público se niegue a formarse una opinión definitiva sobre lo buenos o malos que son Barbieri y los demás. De Maria los mantiene en una zona gris, la zona de los que robaban bancos porque pensaban que tenían que hacerlo, o sencillamente porque podían. Uno de los momentos más graciosos de la película es cuando uno de los gánsteres dice: “Brecht dice que construir un banco es peor que robar un banco” (la cita correcta es en realidad: “¿Qué es el robo de un banco comparado con la fundación de un banco?”). No son gánsteres habituales, desde luego.

Los monólogos se vuelven más graciosos cuando los gánsteres hablan sobre sus primeros asaltos (unos estúpidamente exitosos, otros estúpidamente fallidos), sus apodos, sus trifulcas con la policía, sus socios, esposas, amoríos, etc. El tono es más meditativo cuando describen sus largos años en prisión, especialmente su puesta en libertad en un mundo completamente cambiado: un reconstruido y moderno Milán, donde su valentía, temeridad y adicción a la adrenalina han quedado obsoletas.

(Traducción del inglés)