08/09/2015 - VENECIA 2015: Cinco años después de La pecora nera, Ascanio Celestini regresa a Venecia con una película coral ambientada en la periferia romana, protagonizada por Alba Rohrwacher y Salvatore Striano

Un bar de la periferia, seres humanos marginados, un barrio que parece invisible pero que existe y reúne muchas historias: apenas en el interior del perímetro que forman cuatro calles que delimitan el barrio romano de Quadraro, cerca de Cinecittà, se ambienta Viva la sposa [+lee también:
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entrevista: Ascanio Celestini
ficha de la película], segundo largometraje del director, actor y dramaturgo Ascanio Celestini, presentado en las Venice Days de la 72ª Mostra de Venecia. De regreso en el Lido un lustro después de competir por el León de Oro con La pecora nera [+lee también:
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ficha de la película], Celestini forma una compañía teatral con miembros inspirados en diferentes relatos escuchados y personas observadas realmente en un quiosco de la via Tuscolana para redescubrir, según el director, “una humanidad urbanita que creía que había dejado de existir pero que hay que recuperar y, con tiempo, mostrar”.   

Los personajes giran en torno a un bar pero no siempre se entrecruzan. El hilo que los une es Nicola (Celestini), un comediante que anima las fiestas para niños, bebe demasiada sambuca diciendo siempre que es la última y cuida de Salvatore (el pequeño Francesco De Miranda), hijo de una prostituta, Anna (Veronica Cruciani), pero también quizás hijo suyo. Un día se tropieza con Sasà (Salvatore Striano), que va por ahí estafando a las aseguradores y acaba enseñando a Nicola a hacerlo. Y aflora el amor con Sofia (Alba Rohrwacher), que dice que quiere huir a España con una amiga y al día siguiente uno la ve siempre por el barrio. El director mira a todos estos personajes con ternura y humorismo. “Son personas que van despacio; hay gente que se apalanca en el bar durante horas, en una zona en que la ciudad parece acabarse cuando en realidad vuelve a empezar”, observa Celestini. Como trasfondo al encuadre, una esposa americana recorre toda Italia y hace soñar a los demás. 

En su peregrinaje entre delincuentes, prostitutas y mendigos, siempre con un vaso o una botella en la mano, Nicola se concede de cuando en cuando algún solo, ya sea un relato, una broma o una cantilena, recordando al espectador las excepcionales dotes de narrador de Celestini, así como unos títeres que despuntan aquí y allá como queriendo recordar la naturaleza de este apreciado autor e intérprete teatral que el cine ha tomado prestado. El director, además, no renuncia a su compromiso civil y pone el dedo en la llaga en una escena, muy cruda, en la que el personaje de Sasà recibe una paliza de las fuerzas del orden. El sindicato de la policía italiana Coisp ha atacado ya con virulencia la película de Celestini. Aún está abierta la investigación para determinar la verdadera causa de la muerte de Giuseppe Uva, golpeado a sangre fría en un cuartel de los carabinieri una noche hace siete años, pero parece que la polémica no haya hecho sino comenzar.

Viva la sposa es una coproducción entre Italia, Francia y Bélgica. Producen Malìa, Æternam Films y Les Film du Fleuve de los hermanos Dardenne con Rai Cinema, con la contribución del Mibact y del CNC. Su agente de ventas internacionales es Fandango. La distribuirán en Italia Parthénos.

(Traducción del italiano)