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A concurso – Swimming pool

por 

- La dimensión real y la onírica se mezclan en la nueva película del director francés. Sus actrices fetiche, Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier, son las protagonistas

Maestro en el arte de manipular, François Ozon no desmiente su reputación de cineasta poco comprometido en la presentación, hoy, de su última película, Swimming pool.
El sexto largometraje del autor de Ocho mujeres reúne a sus actrices favoritas, Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier, en una historia que transforma progresivamente la tensión psicológica en un suspense de thriller al relatar la cohabitación forzada de una escritora en crisis y una joven impertinente que trastorna un ambiente de calma aparente.
Dos espléndidos papeles para un director que propone una mirada voyeurista y que ha dicho: “Me gusta encerrar a los personajes y observarlos como un biólogo hace con sus experimentos”. Un tema que oculta otro tema, pues Swimming pool, mezclando lo imaginario con lo real, aborda también la cuestión del proceso creativo que, según Ozon, se resume en “alejarse de la realidad, para inspirarse, y luego vampirizarla”.

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Apreciada por parte de la prensa internacional, aunque no por toda, esta película de género indefinible marca el debut del director francés en la sección oficial a concurso de Cannes. Rodada en inglés y producida por la empresa de siempre, Fidélité Productions, la película ha contado también con la participación de Headforce, que aportó el 20 por ciento de un presupuesto total de 6,1 millones de euros. Su estreno en los cines franceses está previsto para el 21 de mayo.

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(Traducción del francés)

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