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SEMINCI 2015

L'artèria invisible: lo importante es amar

por 

- La cuarta película de Pere Vilà, presentada en la sección oficial a competición de la 60 edición del Festival de Valladolid, es un arriesgado drama coral que inquieta y perturba profundamente

L'artèria invisible: lo importante es amar
L'artèria invisible, de Pere Vilà

Una mujer, Carme (encarnada por Nora Navas: el rostro de este festival tras protagonizar La adopción [+lee también:
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, el otro título español a competición y firme candidata a recoger el premio de interpretación femenina) está en el rellano de la escalera de una blanca, grande y moderna casa, la que comparte con su marido, Vicenç (Álex Brendemühl), un político ambicioso que no quiere ser padre, en contra del deseo de ella. Carme está en silencio, no dice una palabra. La cámara estática la mira, y nosotros también. Detrás de Carme una ventana ofrece el verde radiante de una naturaleza que eclosiona, pero sabemos que ella no consigue quedarse embarazada de ese hijo que tanto anhela. El único ruido que nos llega es el murmullo de la ciudad y algún crujido del edificio. Ella mira alrededor esa gran jaula de oro, se mueve y va cambiando de gesto. Esta secuencia ejemplifica a la perfección el estilo narrativo de L'artèria invisible [+lee también:
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, cuarto largometraje de Pere Vilà tras Pas a nivell, La lapidation de Saint Étienne [+lee también:
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(premio Fipresci en la Seminci de hace tres años) y La fossa: con pocos elementos, el cineasta de Girona consigue transmitirnos toda la incomunicación, hastío vital e insatisfacción de uno de los cuatro personajes centrales que están conectados, quieran o no, por ese vínculo al que hace mención el título.

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Los otros son, aparte del mencionado Vicenç, la pareja formada por Álex Monner y Joana Vilapuig: él es un chico sin trabajo, mientras la muchacha mantiene su hogar ejerciendo la prostitución. Vilà nos va mostrando sus vidas -y pensamientos- a través de secuencias breves y fragmentadas, en las cuales no siempre vemos todo lo que sucede en una habitación o un pasillo: dejando la cámara congelada, en ocasiones uno de los personajes queda fuera de campo, pero le oímos mientras observamos cómo afectan sus palabras o acciones a quien sí quedó delante del objetivo. Esta manera de contar, que recuerda a Jaime Rosales, subraya el vacío, la soledad y la miseria de los seres de esta película que, como en el cine de los Dardenne, también son observados de espalda en planos que subrayan su abandono y ausencia. Si hubiera que agregar un tercer referente a este inquietante film -adaptación muy libre de la novela homónima de Joaquim Vidal- rodado en apenas 14 días en Girona y sin banda sonora, viene a la mente, por su cruda puesta en escena, el griego Lanthimos.

Por último señalar que L'artèria invisible no sólo es uno de los títulos más arriesgados y estimulantes de esta Seminci 2015, sino también de la cosecha anual del cine español. Un título así incomoda, porque, como los anteriores films de Pere Vilà, no escatima mostrar la podredumbre de unos personajes en los que duele reconocerse. A ello no sólo contribuye todo lo anteriormente señalado, sino también el gran trabajo introvertido de su cuarteto de actores que, con sus reacciones inesperadas, nos están diciendo que sus personajes están heridos, sufren una profunda crisis íntima o, simplemente, se olvidaron de cómo hay que amar.

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