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BLACK NIGHTS 2015 Competición

28:94 Local Time: Marionetas en la nieve

por 

- La última cinta del armenio David Safarian trata acerca de la lucha contra la adversidad, la naturaleza humana y la relación con el pasado, representadas a través de las dificultades de una pareja

28:94 Local Time: Marionetas en la nieve

La 19ª edición del Tallinn Black Nights Film Festival (BNFF), que se celebra entre el 13 y el 29 de noviembre, acoge el estreno internacional de 28:94 Local Time [+lee también:
tráiler
entrevista: Yana Drouz & David Safarian
ficha de la película
]
, el último largometraje del realizador y guionista armenio David Safarian. Después de haber dirigido numerosos documentales y cortometrajes a lo largo de su carrera, esta es realmente su segunda película dramática –más de 20 años después de su primer trabajo de ficción, The Lost Paradise (1991). 28:94 Local Time es una auténtica metáfora cinematográfica, en la cual los problemas de una familia, y su lucha contra las adversidades, representan las miserias de toda una nación y de sus resignados habitantes. La cinta es una coproducción entre Armenia, Alemania y los Países Bajos, producida mayoritariamente por Studio DS, la compañía del propio Safarian.

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A comienzos de los 90, Ereván, capital de la recientemente independizada Armenia, atravesó una dura crisis energética debido a la situación de inestabilidad nacional que siguió al desmantelamiento de la URSS. La población se vio obligada a vivir bajo unas terribles condiciones de vida, en las que los continuos cortes de electricidad y la escasez de combustible formaban parte de su rutina diaria, una situación que se volvía casi insoportable durante el invierno. Estos son los acontecimientos reales que Safarian toma como punto de partida para su conmovedora historia. Sobre este desolador telón de fondo, seguimos la vida de Katya (Yana Drouz) y Tigran (Ashot Adamyan), un matrimonio de mediana edad que trabaja en los ámbitos del teatro y la cultura, y sus esfuerzos diarios por sobrevivir al frío y a la desesperación. La historia de una familia se convierte también en la de su comunidad, unida para arreglar una sala de calderas que podría ayudarles a superar el duro invierno. Alrededor de este objetivo común, vemos desfilar a una serie de personajes extravagantes e icónicos, los cuales comparten sus esperanzas y miedos con los protagonistas, pero que tienen formas diferentes de enfrentarse a la situación.

Safarian presenta una narrativa brillante y una espectacular fotografía, intercalando enternecedores flashbacks de un pasado radiante –en el que los personajes encuentran refugio emocional- con los amenazadores paisajes nevados que los rodean en la actualidad. La realidad y la fantasía se entremezclan a menudo, dando lugar a reflexiones poéticas, recuerdos y deseos de futuro. De hecho, estas evocaciones personales parecen representar los anhelos de todo un país: una nación que lucha por conservar su humanidad bajo unas circunstancias terribles. Como expresa el propio Tigran, “cuando las condiciones de vida se vuelven insoportables, la gente comienza a perder su semblante humano”. Sus expresiones faciales se vuelven borrosas, como si fuesen simples marionetas en manos del tiempo. Hacia el final de la cinta, asistimos a una conclusión agridulce con la llegada de la primavera, que alivia los problemas de forma puntual, pero que será finalmente reemplazada por otra estación. En la secuencia más llamativa de la película, observamos una cola aparentemente interminable, en la que los distintos personajes –de hecho toda la nación- esperan la llegada de un tiempo remoto que tal vez esté demasiado lejos.

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(Traducción del inglés)

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