10/12/2015 - La anulación de los derechos de explotación de La vida de Adèle reabre el debate sobre la clasificación de las obras audiovisuales por edades

Tras los episodios de Nymphomaniac [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Louise Vesth
ficha de la película] y Love [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], dos películas que suscitaron críticas contra la comisión de clasificación de obras cinematográficas por la elevación de los niveles de prohibición aplicados en segunda instancia, llega el turno de La vida de Adèle [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Abdellatif Kechiche
ficha de la película]. A la ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes de 2013 le toca ahora sufrir el activismo en la materia de la asociación Promouvoir, considerada cercana a los medios católicos integristas. Después de que se desestimara en un primer momento (septiembre de 2014) su petición de anulación de los derechos de explotación del film (hasta ahora, prohibida a los menores de 12 años con un mensaje de advertencia), la asociación continuó con su hostigamiento judicial y ha conseguido ganar la causa en un tribunal administrativo de París contra el ministerio de cultura (que, a su vez, ya ha apelado esta decisión). Así, se procederá a una nueva evaluación en los próximos dos meses.

El tema de la clasificación de películas, abordado el pasado mes de octubre en uno de los debates de los Rencontres Cinématographiques de Dijon, debe equilibrar en su balanza la libertad de los creadores y la protección de los menores, cosa que no es fácil de conseguir habida cuenta de que la prohibición para menores de 18 años en casos de "escenas de sexo no disimuladas" o “escenas de una enorme violencia” no resulta fácil de determinar.

Más allá de los juicios morales que se presten a la discusión (la adolescencia, la difusión y el acceso a las imágenes en el mundo contemporáneo, los tabús, etc.), la cuestión actual para la industria cinematográfica es eminentemente económica, puesto que los difusores y distribuidores de cine necesitan certezas y medidas de clasificación definitivas para poder invertir. La emisión en televisión de un largometraje prohibido a los menores de 16 años tiene lugar a partir de las 22:30 mientras que uno prohibido a menores de 18 se emite exclusivamente en canales de pago entre las 0:00 y las 5:00. Como dijo Vincent Maraval (Wild Bunch) en Dijon, "sin una decisión definitiva, vamos a acabar autolimitándonos y autocensurándonos".

Esta convicción la comparte el sindicato de guionistas, directores y productores galos ARP, que ayer destacó "la urgencia de revisar profundamente nuestro sistema de clasificación de películas" y estima que "no podemos dejar así un sistema que expone a cada película a riesgos judiciales de este calibre, de igual modo que no podemos contentarnos al ver cómo la cultura y la libertad de creación se someten de esta manera al yugo de tendencias moralistas". El debate debería ver pronto cierta luz al final del túnel con la presentación ante la ministra de un informe sobre la reforma de la clasificación de películas a cargo del consejero de Estado Jean-François Mary.

(Traducción del francés)