A concurso – Padre e hijo
por Fabien Lemercier
- Un lazo de sangre envuelto en la ambigüedad. Con esta película, el director ruso continúa con su experimentación en el séptimo arte
Especializado en películas que dejan huella, el cineasta ruso Alexander Sokurov marca su rumbo una vez más con Padre e hijo, presentada hoy en Cannes. La película ha desconcertado al público y los seguidores del director se han lanzado a las interpretaciones más diversas.
Llena de sueños y símbolos, la historia, que se desarrolla en un lugar indefinido fuera del tiempo, analiza la estrecha relación entre un padre y un hijo que viven en el mismo apartamento. De acuerdo con Sokurov: “Lo que cuenta es la relación entre los dos personajes: los lazos de sangre duran eternamente, pero son tan delicados que pueden sufrir consecuencias irreversibles”.
La prensa internacional le ha pedido al cineasta ruso, que reivindica ser un autor de “obras puras”, que explique la ambigüedad de las relaciones entre padre e hijo en la película, casi incestuosa en una atmósfera que recuerda el cine de Fassbinder. Una hipótesis que de inmediato ha desmentido el director, que pide a los espectadores que “tengan cuidado en no proyectar sus propios complejos en la película, que solamente muestra una relación tierna y calurosa que se basa en la literatura rusa y europea del siglo XIX”.
(Traducción del francés)
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