Depth Two: admitir nuestros crímenes
por Vladan Petković
- BERLÍN 2016: Ongjen Glavonić es el primer cineasta serbio en afrontar sin tapujos los crímenes de guerra de su país en el documental Depth Two, que se proyecta en el Forum
Durante seis años, el cineasta serbio Ognjen Glavonić ha investigado hechos silenciados de la guerra de Kosovo para una película de ficción que está intentando realizar. Aunque la falta de financiación le está impidiendo cumplir ese objetivo, el trabajo que ha hecho hasta el momento ha resultado en un documental sorprendentemente innovador, que se ha estrenado mundialmente en el Forum de la Berlinale.
En su primer largometraje, Depth Two [+lee también:
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ficha de la película], que narra un acontecimiento de la guerra de Kosovo en 1999, cuando un camión frigorífico con 55 cadáveres de civiles albanos, asesinados por la policía y el ejército serbio, se salió de la carretera y cayó al Danubio, cerca de la frontera entre Serbia y Rumanía, Glavonić expone los testimonios de perpetradores, testigos y una víctima que sobrevivió a la masacre fingiendo estar muerta.
En 2001 y 2002, cinco fosas comunes fueron descubiertas en un suburbio de Belgrado, en el lugar donde se emplazaba por aquel entonces una zona de entrenamiento de las Fuerzas Especiales Antiterroristas. La película explora la conexión entre estos dos acontecimientos con una eficacia extraordinaria.
La cinta comienza en el Danubio, cerca de la ciudad de Tekija, donde el camión fue sacado del agua. Las palabras del policía que llegó primero a la escena, dichas en off, como todos los testimonios del film, tienen su correspondencia visual con planos de la localización en el río. Las palabras de otros testigos también son emparejadas con escenas filmadas en las localizaciones respectivas, solo que 17 años más tarde. Estas van desde el Danubio, pasando por Priština y dos ciudades pequeñas en Kosovo, hasta Serbia central y finalmente Batajnica, el lugar donde se encuentran las fosas comunes.
Esta combinación de las historias perturbadoras, trágicas e impactantes con los planos de las localizaciones inicialmente ayuda al espectador a concentrarse en las voces. Pero entonces sucede algo inédito: lo imaginario entra en juego, y la película se hace casi hipnótica, creando imágenes en nuestras mentes. Y estas imágenes son, como mínimo, espantosas. Además, la estructura de thriller permite al espectador conectar los puntos por sí mismo, intensificando la tensión hasta llegar al shock.
La parte central de la película alterna los testimonios de la víctima albana que sobrevivió y de uno de los soldados que perpetraron el crimen. Al escuchar al soldado, uno no puede sino darse cuenta de que él también es una víctima. Pero Glavonić no deja espacio para las cohartadas que incluso las mejores películas balcánicas sobre crímenes de guerra alegan en favor de sus países. Por fin tenemos una película de éxito internacional en la que un director de la antigua Yugoslavia dice: nosotros hicimos esto, y deberíamos avergonzarnos. Y, si hay algún lugar perfecto para decir algo así, ese es Berlín.
La mayor parte de los testimonios fueron grabados en los juicios de Milošević y sus subordinados en el Tribunal Internacional de la Antigua Yugoslavia en La Haya. La montadora Jelena Maksimović (Mother [+lee también:
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entrevista: Vlado Škafar
ficha de la película]) crea un ritmo implacable que no deja espacio para liberar la tensión, incluso en las partes que no contienen testimonios. Al mismo tiempo, la película no puede describirse como rápida: su ritmo es lento, pero su contenido es demasiado poderoso para que el espectador respire. Esto se deja para después de la experiencia, que permanece en la memoria durante mucho tiempo.
Depth Two es una coproducción de la serbia Non-Aligned Films y el Humanitarian Law Centre, y la francesa Cinéma Defacto. La compañía griega Heretic Outreach se encarga de los derechos internacionales.
(Traducción del inglés)