18/03/2016 - Casi 150 documentales griegos, algunos de ellos profundamente políticos, se proyectarán en la 18ª edición de la muestra

Cerca de 150 cintas locales se proyectarán en el 18º Festival de Documentales de Tesalónica, que este año acabará el 21 de marzo con la despedida del director saliente Dimitri Eipides. Sin embargo, solo unas cuantas de estas películas están atrayendo la atención de los medios, y lo que tienen en común es que abordan temas de actualidad.

Los acuciantes problemas sociopolíticos de un país que pasa por su sexto año de severas medidas de austeridad son abordados en documentales que adoptan perspectivas políticas audaces y métodos del periodismo de investigación, con frecuencia en detrimento de los elementos propiamente cinematográficos y de una estética pulida. 

Golden Dawn: A Personal Affair, de Angélique Kourounis, que se está convirtiendo rápidamente en la producción griega que más expectación causa de la muestra, propone una mirada desde dentro de Amanecer Dorado, el partido neonazi que ha dividido al país en los últimos años; en 2012, sus votantes lo llevaron hasta el Parlamento, y sus detractores asistieron atónitos al fracaso de las autoridades locales y los líderes políticos, que no encontraron una manera eficiente de enfrentarse a los brotes de violencia de miembros de Amanecer Dorado contra inmigrantes y militantes de extrema izquierda, que culminaron en el asesinato del rapero griego Pavlos Fyssas a finales de 2013.

"A la cuna de la democracia no le causó demasiada incomodidad," afirma la narradora Alice Greenway en una de las escenas más aterradoras del film. La directora se infiltró en Amanecer Dorado durante varios años, fingiendo ser una miembro del partido interesada en documentar y difundir sus ideas políticas e innovaciones organizativas.

Las innovaciones políticas son también el centro de atención del documentalista Apostolos Karakasis, en su Next Stop: Utopia, crónica de la lucha de un grupo de obreros despedidos por tomar el control y reabrir la fábrica local VIO.ME., que cerró debido a una deuda inasumible. Tras apropiarse de la fábrica para recuperar los salarios que se les debían, los obreros intentan transformarla en una empresa autogestionada, oscilando entre una acracia ingenua, equívocas simpatías políticas y el estallido ocasional de disputas internas, ofreciendo inadvertidamente una parábola muy elocuente sobre muchas facetas del statu quo político actual del país.

Los problemas políticos de Grecia también son expuestos con crudeza en The Longest Run, de Marianna Economou, un documental sobre un centro de menores de Volos, donde la directora sigue los pasos de reclusos sospechosos de traficar con inmigrantes ilegales. Aunque en muchos casos acaba desvelándose que los jóvenes han sido incriminados injustamente, suelen llegar a la edad adulta durante su encarcelamiento, viéndose sometidos a un tratamiento más severo cuando llega el momento del juicio. Exponiendo el estado de perplejidad en el que se hallan las autoridades, la cinta ofrece una visión trágica de cómo la crisis de refugiados está afectando al país.

(Traducción del inglés)