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LOCARNO 2016 Cineastas del presente

The Challenge, la majestuosa belleza de un día a día ritualizado

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- LOCARNO 2016: Con su último y potente largometraje, el artista italiano Yuri Ancarani continúa su exploración del mundo como receptáculo de gestos rituales, repetidos hacia el infinito

The Challenge, la majestuosa belleza de un día a día ritualizado
The Challenge, de Luca Ancarani

El recorrido artístico de Yuri Ancarani es decididamente rico: tras estudiar en la NABA (Nuova Accademia delle Belle Arti) de Milán, produce en los años 2000 una serie de obras de vídeo que pintan con fría intensidad su tierra, la Romaña (Fuori stagione y Lido Adriano, entre otras). A esto le siguieron otros trabajos en donde Ancarani nos trasporta del norte de Italia a los abismos del Mar Jónico (Piattaforma Luna), para llegar al lugar símbolo de un deporte considerado sagrado en Italia (el fútbol): el estadio San Siro. Aquí el artista italiano filma los gestos repetidos, cotidianos e insaciables de los trabajadores que parecen adaptarse de forma mecánica al lugar en donde se encuentran, que los ha literalmente engullido.

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, presentada en la competición Cineasts del presente del Festival de Locarno, se concentra en una tradición de la cultura árabe contemporánea que no ha perdido nada de su prestigio: la cetrería. Ancarani observa durante tres años este mundo secreto capturando su espíritu, un retorno al vacío representado por el desierto en una sociedad dominada por el caos de la vida urbana. La guía que nos introduce en este universo paralelo es un cetrero que lleva sus animales de competición a un importante torneo en Catar. The Challenge es un viaje sorprendente a un universo en donde los microcosmos tecnológicos extremos se encuentran con la belleza solitaria del desierto.

El universo artístico de Ancarani es difícilmente catalogable (y es esto lo que lo hace extremamente interesante), pero lo que se puede decir es que todas sus obras tienen en común un interés (por no hablar de una obsesión) por los gestos, los procedimientos repetidos, ritualizados, que de “banales” se convierten en grandiosos. Gracias al medio fílmico, Ancarani es capaz de hacer visible la belleza majestuosa, mecánica e irresistiblemente lúcida de los gestos automáticos. En The Challenge los personajes son deliberadamente deshumanizados, como si el lugar casi surrealista en el que viven les hubiese privado de vida alguna. Su comportamiento, los movimientos que los llevan de un punto a otro del espacio parecen aparentemente vacíos de sentido: los coches y las motos en el desierto, poner y quitar las “máscaras de cuero” a los halcones o incluso el vaivén incesante de las cabezas de los pájaros en el aire. El significado críptico de estas acciones hace a los personajes de The Challenge tan fascinantes como potentes. Y es quizá esta desenvoltura superficial la que transforma su sorprendente y opulento día a día en pura elegancia. El soporte audiovisual se convierte para Ancarani en una especie de instrumento alquímico en el que transformar el metal en oro. La solemnidad hiperorganizada de los personajes se cubre, gracias a su mirada, de un manto de misticismo que los hace case intocables. Los diálogos son parcos, por no decir ausentes, como si no quisiesen o incluso no se atreviesen a perturbar la belleza de las imágenes. Estas repeticiones, acompañadas de una poderosa y extremadamente elaborada fotografía sustituyen de todas maneras a las palabras, ya inútiles. El público es libre de interpretar las imágenes como mejor crea, sin ser influido por la mirada del director. La verdad no se encuentra de hecho en una hipotética y peligrosa didáctica cinematográfica, sino en la potencia de las propias imágenes. The Challenge es, así, una película majestuosa y desestabilizadora que pone a prueba los límites de lo que llamamos comúnmente “lo real”.

The Challenge está producida por La Bête y coproducida por Ring Film y Atopic. Los derechos mundiales de venta pertenecen a Slingshot Films.

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(Traducción del italiano)

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