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SEVILLA 2016

La substància: en un mundo clónico

por 

- Copia y original llegan a confundirse en el segundo largometraje de Lluís Galter, apoyado en el ejemplo de una ciudad turística china, construida a imagen y semejanza de otra española

La substància: en un mundo clónico

Quizás usted, querido lector, haya leído/visto algún reportaje sobre lo aficionados que son los habitantes de esa potencia imparable llamada China a levantar en suelo patrio lugares replicantes de otros distantes, como Londres, Holanda o Nueva York. Ese afán por poseer lo mismo que el vecino del otro lado del globo llevó a una expedición asiática a visitar, hace seis años, Cadaqués, pueblo de la Costa Brava, en Cataluña (España), con el fin de estudiarlo a fondo para edificar su calco en territorio chino. El resultado se llama Kadakaisi y es ya una realidad perpleja, como demuestra el documental La substància [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, dirigido por Lluis Galter (cuyo anterior Caracremada [+lee también:
tráiler
ficha de la película
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se presentó en la sección Orizzonti del Festival de Venecia 2010) y exhibido en la sección Resistencias del XIII Festival de Cine Europeo de Sevilla.

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La cámara de Galter salta aquí del original a la copia sin transiciones, sin avisar, mezclando unos escenarios que tienen siglos de vida con otros de apenas un lustro, ambos al borde del mar, pero habitados por humanos de muy diferentes lenguas, hábitos y fisonomías. Mientras en el Cadaqués español es un viejo amigo del cineasta, dedicado a la fabricación de réplicas diminutas de barcos y conocedor de la historia del pueblo, quien servirá de hilo conductor, en su hermano oriental el director ha elegido a Tingting, una mujer china que quiere pasar unos días de descanso en ese paraíso artificial de calles animadas con hilo musical.

La opción de Galter ha sido mezclar ambos Cadaqués para que no sepamos si estamos viendo el viejo o el nuevo, el auténtico o su simulacro: ese juego cinematográfico y visual provoca en el espectador un anhelo de conocimiento y esa tarea fatiga y confunde, en la misma medida que en nuestra vida nos puede agotar la continua desconfianza. Es esa reflexión sobre lo auténtico la base sobre la que se ha levantado este documental creativo que es, a su vez, una imitación de la realidad que capta, convirtiéndose así el juego de espejos en un imparable rebote de sensaciones e incertidumbres.

Con su forma híbrida, donde se alternan momentos de aparente realidad con otros tal vez ficcionados, el extrañamiento en La substància llega aún más lejos: pareciera incluso que, en algún momento, los habitantes de un lugar del mundo hubieran saltado hasta el otro extremo. ¿Quién fue entonces antes? ¿Por qué uno es más auténtico que otro, si ambos son creaciones del hombre? ¿Acaso, cuando ambos se convierten en realidad ante la cámara, no cobran idéntica importancia?

Vivimos en un mundo de simulacros y La substància (una producción de Lastor Media, Mallerich Films, CCMA, Paco Poch Cinema y Alina Film) aspira a reflejarlo, invitando al que mira, que es en última instancia quien da valor a las cosas, a construir un tercer Cadaqués: aquél que suma las fisonomías y los habitantes de ambos, algo que los manidos conceptos de globalización y virtualidad ya están logrando con demostrado e inquietante éxito. 

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