Filthy: un ingenioso enfoque sobre el tema de la violación
por Vladan Petković
- La ópera prima de Tereza Nvotová presenta un punto de vista atrevido y revelador sobre el moralmente conflictivo asunto de la violación
La violación es uno de los temas del cine moralmente más cuestionables, por el modo en que se representa, por cómo el público está acostumbrado a verlo en las películas y por cómo la audiencia está condicionada por las normas sociales a entenderlo. En este sentido, el primer largometraje de la directora eslovaca Tereza Nvotová, Filthy [+lee también:
tráiler
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ficha de la película], abarca un terreno conocido y pone a prueba el conocimiento y la percepción del público sobre el problema, que también dependerá de sus modelos socioculturales. La película se entrenó a nivel mundial fuera de competición en la sección Bright Future del Festival de Róterdam.
Lena (la comprometida y convincente principiante Dominika Morávková) es una joven de 17 años que vive en Bratislava con su familia de clase media. Su vida es como la de cualquier adolescente, con los típicos sueños de un gran amor y de esperanza en el futuro. Apenas la conocemos a ella, a su madre (Anna Šišková), a su padre (Luboš Veselý) y a su hermano Bohdan (Patrik Holubář), que sufre una discapacidad mental, cuando Robo, su profesor de matemáticas (Robert Jakab) la viola en su casa.
Quizás que esto sea lo que más haga dudar sobre la verosimilitud de la película. Robo llega a medio día para dar una clase de matemáticas a Lena (Bohdan también está porque le ayuda a entrenar en el gimnasio), y Bohdan y su madre están en una habitación al otro lado del pasillo. Sin embargo, Nvotová despliega todo su arsenal para plantear un dilema, al que se llegará cuando el tiempo siga su curso: en la mayoría de los casos la violación la comete una persona conocida y, frecuentemente, cercana a la víctima. Si a esto le añadimos que la madre y Bohdan se encuentra en medio de la acalorada discusión, que Lena está aterrorizada, que Robo parece tener experiencia en la depredación sexual y el desconocimiento de las familias sobre los posibles problemas de los adolescentes (entre los que se encuentran las drogas), la situación se vuelve bastante creíble.
Lena se cierra en sí misma y, cuando ya no puede soportarlo más, intenta suicidarse. Acaba en un hospital psiquiátrico rodeada de otros adolescentes que sufren diversos problemas, pero el ambiente la asfixia, y la gota que colma el vaso es el suicidio de su compañera de habitación. Tras recibir una terapia de electroshock (muestra de la repulsa de la película al sistema sanitario eslovaco y a la falta de desarrollo de la sociedad), le dan el alta y sus recuerdos permanecen reprimidos, pero, por supuesto, regresarán en busca de venganza.
Aunque su realización ha sido bastante corriente, con una narrativa sencilla, una fotografía precisa, un montaje clásico pero atractivamente dinámico, y una pizca de realismo con los pacientes del psiquiátrico interpretados por adolescentes reales que viven en ese tipo de instituciones, Filthy proporciona un ingenioso atajo a un punto de vista innovador sobre la relación entre la familia y otros elementos de la sociedad y sobre la violación. Es una interesante estrategia que la directora utiliza con talento y una confianza sorprendente.
Filthy es una coproducción de BFILM (Eslovaquia) y Moloko Film (República Checa).
(Traducción del inglés)
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