07/04/2017 - El cuarto largometraje de Sara Johnsen, presentado a concurso en el 18º festival de cine europeo de Lecce, cuenta una atípica historia de una joven que busca a su madre

Amor y sexo, familia y adopción, tratados libremente, sin gravedad y con éxitos bastante improbables son temas centrales de Framing Mom [+lee también:
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ficha de la película], obra de la noruega Sara Johnsen. La multipremiada directora de Upperdog [+lee también:
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ficha de la película], en efecto, ha escrito y dirigido el que es su cuarto largometraje, con el que compite en el 18º Festival del cine europeo de Lecce, con una frescura y una ligereza saludables e inesperadas, aun cuando su película habla del abandono y de la dolorosa reconstrucción de las propias raíces. Una búsqueda de la identidad que se funde con una reflexión sobre las relaciones humanas, biológicas y no; sobre las relaciones sentimentales, llenas de contradicciones y sombras, y sobre el papel de los medios de comunicación a la hora de sacar a la luz verdades ocultas.

La premisa es de por sí impactante: Unn Tove (la sueca Tuva Novotny, vista recientemente en La decisión del rey [+lee también:
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entrevista: Erik Poppe
ficha de la película] y próximamente en Borg/McEnroe) va a casarse pero ama a otro. Durante la fiesta de su matrimonio, angustiada, va a los baños y se encuentra, en el suelo y rodeada de sangre, a una recién nacida abandonada. La historia acabará en los diarios locales con la imagen de Unn Tove inmortalizada en su vestido de esposa manchado de rojo, junto a la ambulancia. Sigue un gran salto temporal de 16 años adelante. Unn Tove se ha separado, tiene dos hijos y dirige un programa de televisión sobre relaciones, amor y sexo. Un día, una misteriosa chica se presenta en su puerta: es Rosemari (la debutante Ruby Dagnall), la pequeña que encontró en los baños años atrás. Unn Tove le propone ayudarla a encontrar a su madre y reconstruir las circunstancias de su nacimiento tanto cuanto confeccionar con su historia una entrega para su programa.

El aparente cinismo de esta operación es el primer elemento perturbador del film. Le seguirán otros, a caballo entre revelaciones incómodas y giros de guion, si bien en ese momento arranca una especie de road movie en la que la investigación personal se funde con el reportaje periodístico aunque, cuando es necesario, la cámara se apaga oportunamente. Los testimonios recogidos los vemos alternándose entre la imagen directa y el filtro de la videocámara que lleva Unn Tove o el del montaje. Por desgracia, este mecanismo acaba generando una distancia que apaga un poco la empatía del espectador.

La joven Rosemari, bellísima aun en su look desaliñado y su aspecto andrógino, recibe una tras otra noticias sobrecogedoras sobre sus orígenes, quizá más de las que un ser humano pueda tolerar en el trascurso de pocos días. No obstante, la película no resbala nunca en el drama y mantiene un tono alegre, gracias especialmente a los brillantes diálogos entre las protagonistas, una pudorosa Unn Tove y la menos escrupulosa amiga y colega (interpretada por la noruega Laila Goody), sobre hombres, las relaciones materno-filiales, Cincuenta sombras de Grey…

Un debate sobre amor y sexo recorre toda la película y crea, en cierto modo, un paralelo entre el pasado de Unn Tove y el de la madre de Rosemari, un pasado lleno de conflictos, incertidumbre y contradicciones en la esfera de los sentimientos (en el reparto también aparece el danés Tommy Kenter, que encarna a un antiguo púgil reconvertido a productor de cine porno). Por último, otro tema candente es la exposición mediática de la propia intimidad: la elección que puede resultar incomprensible dada la delicadeza de las vicisitudes reconstruidas y la edad del personaje principal y el tema habría requerido tal vez una profundidad mayor.

Framing Mom es una producción de la noruega 4 1/2 Fiksjon en coproducción con la danesa Nimbus Film y la alemana The Match Factory. La cinta ya se ha estrenado en Noruega y Dinamarca y hará lo propio en Alemania el 20 de abril.

(Traducción del italiano)