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CANNES 2017 Semana de la Crítica

Crítica: Sicilian Ghost Story

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- CANNES 2017: Lo nuevo de Fabio Grassadonia y Antonio Piazza brindó a la inauguración de la Semana de la Crítica un enfoque inédito sobre las crónicas de la mafia siciliana

Crítica: Sicilian Ghost Story
Julia Jedlikowska en Sicilian Ghost Story

De una imagen partieron Fabio Grassadonia y Antonio Piazza para realizar Sicilian Ghost Story [+lee también:
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, película encargada de inaugurar los festejos de la Semana de la Crítica del 70° festival de Cannes: la imagen nítida y colorida de un chico perfectamente vestido como jinete que afronta un obstáculo con su magnífico caballo. La imagen dio la vuelta al mundo hace veinte años, cuando aquel chico de 12 años, Giuseppe Di Matteo, hijo de un colaborador de la justicia contra la mafia siciliana, fue secuestrado por los Corleonesi para obligar al padre a retractarse. Tras 779 días de secuestro, el niño acabó siendo estrangulado y arrojado en ácido nítrico.

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Sin embargo, lo nuevo de los directores de Salvo [+lee también:
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, la ópera prima que les valió el Gran Premio y el premio revelación de la misma sección en la Croisette en 2013, es una historia de fantasmas, no una película sobre la mafia. La obra se acerca, en efecto, a la profunda ferocidad que puede representar la mafia en la cabeza de un adolescente: el terror puro, insertado en un relato angustioso, lúgubre y claustrofóbico como la más espantosa de las fábulas, poblada de orcos, perros negros, ciénagas y bosques repletos de insidias. Lo “ominoso” freudiano es el término que mejor encierra el concepto: algo no familiar, extraño y nada reconfortante.

Sicilian Ghost Story dispone de todos los elementos de la fábula de terror, de lo que el psicólogo infantil vienés Bruno Bettelheim habría definido como punto de referencia en la vida interior de un niño, historias que hablan con su yo y que animan el desarrollo y la vida relacional con el adulto, mitigando así las presiones inconscientes. A partir de un tema libremente inspirado en el relato Un cavaliere bianco, de Marco Mancassola, el guion desarrollado por los dos directores con el apoyo del Screenwriters Lab del Sundance Institute construye una historia en torno a aquella foto: la historia de una cría de 13 años, Luna (Julia Jedlikowska), que se enamora de un compañero de clase, Giuseppe (Gaetano Fernandez), al que entrega una carta poco antes de que se lo lleven unos tipos que parecen policías pero que acabarán siendo sus verdugos. Las palabras escritas por Luna serán fuente de apoyo para el ánimo martirizado del chico prisionero. En ese pequeño pueblo siciliano, situado en los márgenes del bosque mediterráneo, la incómoda desaparición del hijo de un "arrepentido" aparece engullida por la omertà. Luna, sin embargo, movida por la pasión adolescente, empezará a buscar a su compañero, entrando en el frondoso “bosque narrativo”, por usar una metáfora de Umberto Eco, superando obstáculo tras obstáculo, incluidas la madre suiza (Sabine Timoteo, vista en El país de las maravillas [+lee también:
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) y una aspereza casi brujeril, apenas mitigada por la mansedumbre del papá (Vincenzo Amato).

Gracias a una dirección refinada y visionaria, que mira cara a cara a Tim Burton, David Lynch y Peter Weir, y a la densidad de la fotografía de Luca Bigazzi, Sicilian Ghost Story resulta ser una película fascinante e impactante, con un ángulo visual inédito sobre la mafia y un lenguaje desenvuelto, en perfecto equilibrio entre la fábula (en su significado más profundo y arcaico de relato fantástico) y la realidad de la Historia. Piazza y Grassadonia son sicilianos, palermitanos concretamente, y nunca como aquí una obra cinematográfica asume un valor tan catártico para unos autores. Todo siciliano se verá asociado a esa palabra llena de matices oscuros: la mafia es la fábula negra de todo siciliano, una represión colectiva. Si Sicilian Ghost Story tiene un defecto, son las excesivas generosidad y exigencia con que los directores se imponen comunicar este estado de ánimo. La acumulación de elementos narrativos y visuales acaban pesando demasiado en los últimos minutos del film: la caleiodoscópica constelación de animales y símbolos (el búho, el perro, el caballo, el halcón peregrino) en esta Sicilia mágica se enriquece de loden rojo a lo Caperucita, mariposas, fantasmas y personajes nuevos que entran en la historia pasada ya la prórroga. Y también de esas maravillosas ruinas de acrópolis griegas sobre el mar, que nos recuerdan dónde nació el pensamiento occidental.

Sicilian Ghost Story es una producción de las italianas Indigo Film y Cristaldi Pictures con RAI Cinema en coproducción con las francesas Mact y Jpg y las suizas Ventura Film y RSI. Distribuyen en Italia BIM, en Francia Jour2fête y en Suiza FilmCoopi. De sus ventas internacionales se ocupa The Match Factory.

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(Traducción del italiano)

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