08/09/2017 - VENECIA 2017: Charlotte Rampling protagoniza el drama de Andrea Pallaoro, que compite por el León de Oro después de estrenarse en el largo cuatro años atrás con Medeas, presentada en Orizzonti

Un largo solo de Charlotte Rampling. Eso es Hannah [+lee también:
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ficha de la película], una coproducción entre Italia, Bélgica y Francia con la que compite en la Mostra de Venecia Andrea Pallaoro, que regresa así al festival en el que estrenó su ópera prima, Medeas [+lee también:
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ficha de la película], en la sección Orizzonti concretamente. La actriz británica, icono de la belleza refinada e inaccesible, se exhibe en la película con una interpretación tan magnífica como contenida en la que no renuncia, a sus 71 años de edad, a mostrar su cuerpo desnudo.

La historia, que el director ha adoptado al cine a partir de una historias reales aparecidas en prensa, se nos desvela lentamente, con pequeños elementos que van componiendo un trágico puzzle. Estamos en Bélgica y vamos con Hannah a desayunar con el marido (André Wilms)y, después, a acompañarlo a la cárcel. Luego vamos a clase de interpretación, una actividad a la que la mujer dedica un tenaz esfuerzo. Por último, debe irse a limpiar la casa de una familia rica con un niño invidente con quien Hannah mantiene una preciosa relación. La mujer se mueve como si no quisiera que la viera el mundo al que, sin embargo, está ligada a través de un hilo único y muy sutil: la esperanza de que el marido sea inocente. Lo va a ver a la cárcel; él proclama su extrañeza y dice que no podrá sobrevivir en un lugar semejante. Un día alguien llama a la puerta y Hannah no abre: es la madre de un niño del que abusaron, quien, a través de la puerta, le grita "¿no te da vergüenza?". Entendemos, así, cuál es la acusación que recae sobre el hombre. Lo denuncia el susodicho hijo, que vive en la periferia con la familia y no quiere saber nada más de sus padres. Hannah intenta llevar la tarta de cumpleaños al sobrino pero no le dejan entrar en casa. Su vida se desmorona cuando descubre las pruebas de la responsabilidad del marido, con el que lleva emparejada 45 años. Curiosamente, Hannah se siente atraída por la noticia de un cachalote atrapado en la playa de Ostende del que las autoridades no saben cómo desembarazarse. Va a esa playa para contemplar la metáfora de su existencia: un cetáceo enarenado.

A pesar de la dramaticidad del asunto, cuesta empatizar con la protagonista: la dirección de Pallaoro se mantiene distante y enfría deliberadamente las emociones gracias asimismo a un sofisticado aparato autoral típico de la llamada “película de festival”: diálogos reducidos al mínimo, cámara fija, largas secuencias y fotografía gélida. Semejante aproximación exalta la enésima prueba de lo magnífica que es la actriz de culto que la protagoniza, definida The Look por su mirada verde, magnética y triste.

Hannah es una producción de Partner Media Investment, Left Field Ventures, Good Fortune Films, Rai Cinema y To Be Continued con la participación del MiBACT, en asociación con Solo Five Productions, Lorand Entertainment, Take Five, TF1 Studio y con los apoyos de Fondo Lazio Cinema International, la Federación Valonia-Bruselas, Eurimages y Creative Europe Media Development. De las ventas internacionales se encarga Tf1 Studio; de su distribución en Italia, I Wonder Pictures, y de su distribución en Francia, Jour2fête.

(Traducción del italiano)