Crítica: Las distancias
por Alfonso Rivera
- Elena Trapé demuestra sobrado riesgo y talento orquestando una reunión de amigos en Berlín, contaminada de mentiras y decepción

Estrenada mundialmente en la sección oficial a concurso de la 21º edición del Festival de Málaga – Cine en español, Las distancias [+lee también:
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entrevista: Elena Trapé
ficha de la película] es, sin duda, uno de los títulos más interesantes y con más razones para alzarse con su premio gordo: la Biznaga de Oro. Se trata de la segunda película dirigida por Elena Trapé, graduada por la ESCAC, que ya despuntó con su ópera prima, Blog [+lee también:
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ficha de la película], presentada en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián 2010. Su trayectoria profesional se completa con varios cortometrajes, muchos anuncios publicitarios y el documental Palabras, mapas, secretos y otras cosas, sobre su admirada Isabel Coixet, quien ha apoyado, desde su compañía productora, este más que interesante segundo largometraje de Trapé.
Rodado en Berlín, dejando que el frío, la hostilidad y la luz invernal de la ciudad (gran trabajo del director de fotografía Julián Elizalde) impregne cada plano del film, incluso en los numerosos interiores de bares o habitaciones, Las distancias habla de lo que anuncia el título: cómo el tiempo, los kilómetros, las expectativas y las peripecias vitales van alejando a unas personas de otras, en este caso a un grupo de amigos que, en vano, intenta revivir el entusiasmo, la ligereza y la camaradería de los tiempos universitarios, cuando eran una piña sólida, alegre y feliz.
Trapé reúne a un grupo soberbio de actores (Alexandra Jiménez, Bruno Sevilla, María Ribera e Isak Férriz), quienes encarnan a esos colegas de toda la vida –y a la pareja de uno de ellos- que viajan un fin de semana a la capital alemana para darle, como regalo de su 35 cumpleaños, una gran sorpresa a Comas (un también magnífico Miki Esparbé). Pero éste ni es el triunfador que cree aparentar en sus visitas a Barcelona de donde todos provienen ni se entusiasma con el esfuerzo que sus amigos han hecho para visitarle. La fiesta, pues, empieza regular… y va a peor.
Porque la directora y coguionista (junto a Miguel Ibáñez Monroy y Josan Hatero) empieza a quitarle las máscaras a todos y cada uno de sus personajes, dejándoles desnudos frente a sus conflictos, contradicciones y miserias. Nadie se salva en este reencuentro infectado de desencanto y frustración, pero todo ello mostrado con sutileza, con silencios, con miradas y con algunas elipsis más elocuentes y dramáticas que la más gritona de las broncas. El cruel paso del tiempo, las decisiones tomadas, los deseos incumplidos y la crisis vital (y profesional) son otros de los muchos asuntos peliagudos que se exponen en las brillantemente escritas y rodadas escenas de un film que incomoda e inquieta, pues mete el dedo en las dolorosas fisuras de las –quebradizas, frágiles y desencantadas- relaciones personales.
Las distancias es una producción de Coming Soon Films (Marta Ramírez), con la colaboración de Miss Wasabi (Isabel Coixet) y el apoyo de Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC), Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Radio Televisión Española (RTVE) y Televisió de Catalunya (TV3). De su distribución se encarga Sherlock Films. La italiana True Colours es su agente de ventas internacionales.
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