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LOCARNO 2018 Piazza Grande

Crítica: Le vent tourne

por 

- LOCARNO 2018: La cineasta suiza Bettina Oberli llega a la Piazza Grande del Festival de Locarno con su nueva película, un ligero soplo que se convierte en un tornado

Crítica: Le vent tourne
Mélanie Thierry en Le vent tourne

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de Bettina Oberli (presentada en la Piazza Grande del Festival de Locarno), hace suya una película que se le adapta perfectamente. Se las arregla para dar cuerpo, con sinceridad, a emociones que normalmente no son parte del personaje que encarna: idealista y dedicado a la naturaleza, grandiosa y caprichosa.

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El idealismo necesario para sobrevivir a una vida difícil de trabajo (en los establos y en el campo) y de una rutina necesaria, a menudo impide la expresión de los sentimientos, perturbando un equilibrio construido minuciosamente. A Pauline, la protagonista de Le vent tourne, le agobia un viento que nadie antes había tenido el coraje de enfrentar, un viento incontrolable y caprichoso, constructivo y a la vez destructivo, abrumador como la naturaleza misma. 

En el ojo del ciclón y al mismo tiempo en el vientre de la tierra, Pauline debe reconstruir una identidad, debe devolver a la naturaleza que la rodea la alegría que al parecer olvidó tener. Como metáfora de la misma Suiza, Le vent tourne desnuda la confusión que caracteriza a una nación conflictiva, atrapada en su materialismo, con miedo de sus propias emociones que son consideradas como potenciales agitadoras de la tranquila imagen de postal. 

En su película, Bettina compara tres personajes muy diferentes, pero que se complementan mutuamente: Alex, es un joven granjero e idealista, convencido que la independencia dada por el molino de viento, que está siendo colocado en su campo, representa una solución definitiva; Pauline, su novia, que también comparte sus preocupaciones y su posición sobre la bioética; y finalmente, Samuel, un ingeniero extranjero, viajero y materialista que durante la realización del proyecto eólico se infiltra en el microcosmos de Pauline y Alex. El encuentro entre los tres da vida a un mecanismo que ninguno de ellos podrá detener, como si cada uno tiene en sí mismo lo que le falta al otro, esa parte que aún no ha querido o no puede explorar.

Para Pauline, Samuel representa una apertura evidente hacia un mundo desconocido pero fascinante, y mantiene esta atracción a distancia, aunque también se desarrolla de manera menos predecible en la otra dirección. Pauline es para este visitante casual una tranquila alternativa, aunque ficticia, de una vida arriesgada pero elegida con libertad. En resumen, cada uno representa para el otro la imagen de lo que pudo haber sido. Un otro yo seductor y peligroso, que da vida a un viento tormentoso y a la misma vez refrescante.

Lo que hace que Le vent tourne sea particularmente interesante es el hecho de que la relación triangular entre Pauline, Samuel y Alex, no es, en última instancia, el detonador de la historia. Lo que realmente importa, el eje alrededor del cual gira la película es Pauline, la necesidad de expresar su personalidad, sin seguir el camino trazado por otros, sea el de Samuel o el de Alex. Un retrato sincero de una mujer mucho más moderna de lo que podríamos haber esperado. 

Las ventas internacionales de Le vent tourne, producida por Rita Productions (Suiza), Silex Films (Francia) y Versus Production (Bélgica), corren a cargo de Be for Films.

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(Traducción del italiano por Lorena Zuleta)

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