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REIKIAVIK 2018

Crítica: D Is for Division

por 

- El documental de Davis Simanis, que tuvo su estreno nórdico en el festival de Reikiavik, explora la relación entre Letonia y Rusia, colocando la frontera entre los dos países en el centro de la historia

Crítica: D Is for Division

El aclamado director letón Davis Simanis, conocido principalmente por sus documentales y su cautivador largometraje de ficción Exiled [+lee también:
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, estrenado hace un par de años, se convierte en el personaje central de D Is for Division, un viaje contemplativo a través de su tierra natal en el que trata la compleja relación histórica con su intrusivo vecino mayor: Rusia. La cinta ha tenido su estreno nórdico en el último Festival Internacional de Cine de Reikiavik. Adoptando un estilo similar al del británico Nick Broomfield, Simanis ofrece un comentario personal acerca de sus intenciones, dudas y reticencias. El director establece el tono de la historia utilizando una espeluznante imagen de un cadáver asesinado en la frontera durante el inicio de la ocupación soviética, comenzando así una exploración acerca del propio concepto de frontera y su verdadera naturaleza.

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Simanis se apoya ligeramente en dos protagonistas: Ansis Bērziņš, un experto en folclore obligado a exiliarse en Rusia como refugiado político, y Beness Aijo, un activista de origen ruso y ugandés conocido como el “Lenin Negro”, que cree en la posible “liberación de Letonia” como el siguiente paso lógico tras la guerra de Ucrania. 

Bērziņš y Aijo son personajes realmente carismáticos, pero la auténtica protagonista de la película es la frontera, una fuerza omnipresente que atrae recuerdos del pasado y problemáticas actuales. La frontera es también el escenario de un peculiar tipo de propaganda rusa, así como de unos extraños rituales, casi religiosos, que alaban la “Gran Guerra”. 

“Los recuerdos no son fiables. A veces son como un mapa esquemático que se ajusta a nuestras percepciones y deseos”. De esta forma Simanis se refiere de forma sutil a su propio trabajo, intentando asegurarse de que la reinterpretación del pasado no acaba por convertirlo en algo completamente diferente. A fin de cuentas, los términos “liberación” y “ocupación” son confundidos a diario de forma intencionada.

D is for Division utiliza una narrativa sin apenas estructura y unos interludios oníricos, casi de pesadilla, basados en el montaje y la edición de sonido, con el objetivo de evocar un sentimiento de desconexión temporal. El tono y tema escogidos por Simanis recuerdan a las grotescas críticas de Sergei Loznitsa, pero el director letón es menos agresivo y reconoce, con pesar, que su trabajo no logrará cambiar la historia. Tal vez en unos años, si continúa esta línea de trabajo con la misma profundidad y visión, acabe por cambiar de opinión. 

D Is for Division es una producción de Guntis Trekteris para la letona Ego Media (que también se encarga de las ventas internacionales) y Radim Prochazka para la compañía checa Produkce Radim Prochazka.

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(Traducción del inglés)

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