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IFFR 2019 Limelight

Crítica: Bloody Marie

por 

- Guido van Driel y Lennert Hillege firman la historia de Marie Wankelmut, una novelista gráfica y alcohólica en el Barrio Rojo de Ámsterdam

Crítica: Bloody Marie
Susanne Wolff en Bloody Marie

En el thriller empapado en vodka Bloody Marie [+lee también:
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, estrenado a nivel mundial en la sección Limelight del 48º Festival Internacional de Cine de Róterdam (IFFR), Guido van Driel y Lennert Hillege nos trasladan a un mundo en el que el aire parece impregnado de alcohol y la fiesta nunca termina, aunque tengas que darlo todo tú solo en la pista de baile. Al menos eso es lo que demuestra la protagonista Marie Wankelmut, interpretada por la actriz alemana Susanne Wolff. En caso de que tuvieras alguna duda, Marie, que es una novelista gráfica de fama moderada, tiene problemas con el alcohol. Va dando tumbos desde la licorería más cercana hasta su casa, deteniéndose alguna vez en un tugurio sórdido, acompañada por su fiel perro, Lieze. La gran obra de Marie se titula Porn for the Blind, pero no está teniendo mucho éxito, más allá de que algún fan la reconozca por la calle. Su búsqueda del euro que le falta para comprar la siguiente botella la lleva de problema en problema.

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La película comienza en un bar de mala muerte, entre los prostíbulos del Barrio Rojo de Ámstedam, donde Marie está girando fuera de control en la pista de baile. Claramente, el alcohol habla (y baila) por ella cuando empieza a discutir con dos tipos, que acaban preguntándole: "¿Disfrutas de la vida, aunque sea un poco?". Esta pregunta resuena por toda la película mientras intentamos comprender qué le lleva (más allá de la bebida) a permitirse comportamientos tan destructivos. En cierto punto, se deja claro que esto puede achacarse, en parte, a la turbulenta relación que tenía con su ya difunta madre, que también era alcohólica. Los genes pueden jugar malas pasadas. Sin embargo, y esto resulta interesante, parece que las cosas que le pasan no siempre están bajo su control, pues la película sugiere vagamente que hay algo más grande en juego. Marie conoce al adorablemente tímido Oscar Doki, que dice en broma que puede comunicarse con el otro mundo, y que su madre la ha perdonado por todo. Esto puede sonar como un punto de inflexión en sus penas, pero el cambio real solo llega cuando Marie enfada a Dragomir, el chulo que vive en la casa de al lado. Después de meterse en negocios turbios, incluyendo contrabando y asesinatos, Marie emerge como una auténtica luchadora, lo cual vuelve a desatar su creatividad. 

El codirector van Driel, que precisamente es artista gráfico, tiene un don para crear esas ambientaciones toscas en las que la protagonista se transforma por completo. En The Resurrection of a Bastard [+lee también:
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entrevista: Guidovan Driel
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, su anterior largo, que inauguró el IFFR 2013, el cineasta retrata un personaje con tendencias similares. Y aunque suene extremo, las propias escenas están llenas de trivialidades cotidianas, a veces llegando a ser cómicas. Esto aporta al conjunto un toque muy humano, relativizando de alguna forma las decisiones que toma nuestra protagonista. De hecho, descubrimos que muchas veces, ni siquiera hay una decisión que tomar. Después de todo, "El gallo cacarea, la dibujante de cómics bebe", como diría Marie. No hay nada más que añadir.

Bloody Marie es una producción de Floor Onrust para la compañía holandesa Family Affair, en coproducción con la belga Bulletproof Cupid. Las ventas internacionales están a cargo de Wide.

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(Traducción del inglés)

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