Crítica: Heidi
por Ştefan Dobroiu
- Cătălin Mitulescu acierta con esta infravalorada historia sobre un viejo policía
El cine rumano no está orientado únicamente a los hombres pero tiene predilección por los protagonistas veteranos. El nuevo thriller de Cătălin Mitulescu, Heidi [+lee también:
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ficha de la película], que compite en el Festival de Cine de Sarajevo, va más allá con una historia sobre personajes ambiguos y moralidad dudosa. Se podría decir que es su película más lograda hasta la fecha.
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ficha de la película], de Bogdan Mirică, Gheorghe Visu interpreta a Visoui, un policía a la espera su inminente jubilación, que planea pasar pescando en el delta del Danubio. Vemos que su jefe le asigna una nueva misión: tiene que encontrar a dos trabajadoras sexuales que han escapado de una red de prostitución controlada por una poderosa familia de mafiosos. Cuando conoce a la intensa Heidi (Cătălina Mihai), el policía tendrá que enfrentarse a nuevas situaciones que desafían su ya deteriorada moralidad.
El guión, escrito por Mitulescu y Radu Aldulescu, construye el retrato de Visoiu con trazos seguros. Cuando está rodeado de gente o bromeando con otros policías, el protagonista transmite soledad y resignación. Sabe perfectamente que el mundo es gris, más que blanco o negro, y seguirá siendo así por mucho que haga la policía. Siempre habrá proxenetas y mafiosos, tráfico de personas y trabajadoras sexuales que venden su cuerpo en lugares desagradables, lejos de familias felices que disfrutan de cenas saludables en apartamentos cómodos y bien iluminados.
Una de las fortalezas de la película es la presentación convincente del policía como un hombre con un pie en ambos mundos. En una escena, vemos a Visoiu hablando con su hija (Maria Popistaşu) y haciendo planes para llevar a su nieto a pescar. En otra, Visoiu negocia con una poderosa familia de mafiosos. Un hombre seco que sabe cuándo tiene que hacer la vista gorda y cuándo hay un trabajo extra a la vista, se complementa a la perfección con la exuberante (y nada inocente) Heidi. Ella sabe muy bien lo que el mundo quiere de ella y qué herramienta usar para conseguir sus objetivos.
Quizás Heidi no ofrezca una historia novedosa o nuevas formas de contarla, pero este thriller rumano raro y sutil cautiva al público mientras navega por las turbias aguas del poder y la vulnerabilidad, mostrando cómo el bien y el mal pueden ser dos caras de la misma moneda que se alimentan mutuamente, siempre en contacto: dos conceptos tan conectados que pueden anularse. Hay una sensación constante de desesperanza (favorecida por el gran trabajo de cámara de Marius Panduru), y los personajes saben que aunque sus decisiones sean drásticas, ellos son peces atrapados en aguas poco profundas que esperan una ola (un inesperado giro del destino o el movimiento brusco de un pez más grande) para escapar de su entorno.
Es difícil encontrar un acercamiento más ambiguo a la moral en una película rumana. Mitulescu no toma posiciones en Heidi, una elección que puede animar al público a reflexionar sobre el destino de los personajes. Los espectadores rumanos se sentirán intrigados por la historia debido a un caso de asesinato que conmocionó al país hace algunas semanas. La historia de Mitulescu se sumerge en un sistema que debe proteger a sus ciudadanos pero no lo hace.
Heidi ha sido producida por la compañía rumana Strada Film.
(Traducción del inglés)
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