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LOCARNO 2019 Cineastas del Presente

Crítica: 143 rue du désert

por 

- El documental galardonado en Locarno de Hassen Ferhani sobre un área de descanso en el desierto del Sáhara es una maravilla a fuego lento

Crítica: 143 rue du désert

El director Hassen Ferhani ganó el premio al Mejor director emergente en el último Festival de Locarno, dentro de la categoría Cineastas del Presente, gracias a su documental 143 Sahara Street [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. Tendrá su estreno en Norte América en la sección Wavelengths del inminente Festival Internacional de Cine de Toronto.

Al igual que la película Smoke (1995) de Wayne Wang y Paul Auster, y su secuela, Blue in the Face (1995), que estaban ubicadas en un estanco en Brooklyn, la premisa de 143 Sahara Street es simple: sigue las interacciones entre los clientes que van a una cafetería en el desierto del Sáhara, así como su fascinante anfitriona.

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La propietaria, Malika, es una anciana que, pese a su avanzada edad regenta una cafetería en la Carretera Nacional 1 argelina, que cruza el Sahara. Cocina café y huevos para el amplio elenco de visitantes que entran en su establecimiento y, mientras lo hace, se lamenta por los cambios que han tenido lugar en el vecindario. Desde su punto de vista, la entrada de riqueza ha roto la harmonía de su tierra. A primera vista parece que divaga. La falta de temor al expresar sus opiniones y su carácter hipnótico hacen que su discurso sea, no obstante, muy difícil de rebatir.

Ferhani conoció a Malika a través de su amigo, el escritor Chawki Amari, que aparece en la película. Amari escribió Route One, un diario de viajes novelizado que se basa en los personajes que conoció en la carretera. Ferhani ni siquiera intenta transformar en ficticios a los personajes que conoce. Ha conseguido hacer una película en la que, en lugar de recorrer la carretera, la carretera viene hasta él. La estación de servicio está situada en el centro geográfico de Argelia, y acoge a las personas que viajan a Tamanrasset, ubicada en el extremo sur de la vía, o a Argel, en el norte. Malika es popular entre los camioneros y turistas por igual, que también comparten fragmentos de sus vidas.

Malika, sin embargo, nunca deja de ser un misterio. Sabemos cómo se siente aquí y ahora, pero ¿cómo llegó hasta aquí? Hay pequeños detalles de su biografía que fluyen con la conversación. A menudo, Ferhani coloca la cámara en un punto fijo y enfoca a Malika, sentada en una mesa solitaria con un cliente, con el que discute sobre cualquier cosa que se les ocurra. A veces, un cliente se levanta (uno de ellos utiliza una ventana como escenario mientras narra una historia sobre la cárcel) o Malika sale fuera de plano hacer algo. Hay una sensación de quietud. Pero se trata de una ilusión; en realidad, allí donde parece que no pasa nada están pasando muchas cosas.

La belleza de 143 Sahara Street está en cómo juega con nuestras ideas preconcebidas. El primer plano que vemos en la película muestra los coches que recorren la Nacional 1 con el vasto desierto del Sáhara de fondo. En medio de este paisaje, como un espejismo en un rincón, se ve el bar de carretera. Pero a lo largo de la película, conforme Malika se encuentra con sus clientes (algunos más de una vez) empieza a ser aparente que la cafetería no está aislada. Hay planes para abrir un supermercado en los alrededores, lo cual supone una amenaza para el sustento de Malika. Es entonces cuando, de repente, nos damos cuenta de que la película no sobre una cafetería pequeña y con encanto, sino sobre la globalización. Es una historia acerca de un mundo cambiante, narrada por una serie de personajes particulares que viven sus vidas en un lugar en apariencia remoto. Y Malika no es, ni mucho menos, una anciana agradable y divertida. Bien podría ser uno de los pocos personajes cuerdos que quedan, sobre todo si la comparas con algunos de los clientes occidentales que visitan su establecimiento.

13 Sahara Street es una coproducción argelina, francesa y qatarí, organizada por la argelina Allers-Retours Films y la francesa Centrale électrique.

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(Traducción del inglés por Raúl Alcantarilla)

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