TORONTO 2019 Contemporary World Cinema
Crítica: Maria’s Paradise
por Marta Bałaga
- La directora finlandesa Zaida Bergroth muestra su versatilidad con un drama de época al que lastra una apagada interpretación principal
La fascinación de la finlandesa Zaida Bergroth, habitual del Festival Internacional de Cine de Toronto, por las dinámicas familiares, no predice lo que hará a continuación. Después de The Good Son [+lee también:
tráiler
ficha de la película] y Miami [+lee también:
tráiler
ficha de la película] (2017) —donde una tímida joven se reúne con su hermana, una bailarina exótica— llega la película de época Maria’s Paradise [+lee también:
tráiler
entrevista: Zaida Bergroth
ficha de la película], proyectada en la sección Contemporary World Cinema del festival. La película está ambientada en los años 20 y se basa en la historia real de Maria Åkerblom (fallecida en 1981), una profeta que afirmaba que un ángel se le apareció en sueños en 1912 y que logró reunir bastantes seguidores hasta crear un culto. Maria era tan devota que ni una temporada en prisión pudo reducir su amor.
Al igual que Miami, esta película yuxtapone dos personalidades radicalmente opuestas: la tímida y modesta Salome (Satu Tuuli Karhu, que hace poco ganó el premio Jussi por su interpretación en Happier Times, Grump [+lee también:
tráiler
ficha de la película]) rápidamente se convierte en seguidora de Maria (Pihla Viitala). Maria, glamurosa y poderosa, es una astuta líder espiritual pero también una figura maternal para aquellos que buscan una. También parece haber sido bendecida con la virtud de ser exactamente lo que las personas necesitan que sea en cada momento: una madre cariñosa o una virgo intacta con papeles para demostrarlo, mientras ignora al hombre fuerte que tiene al lado y repite “Estoy en una misión de Dios”, como si fuese otro miembro de Granujas a todo ritmo.
Pero Maria sólo es encantadora en apariencia. Maria’s Paradise, que podría haberse construido en torno a la interpretación polifacética que ansían muchos actores, no explica el fenómeno de Åkerblom. Con una Maria relegada a servir de apoyo al argumento, su carisma simplemente se menciona. Esta debe ser la opinión de la película, ya que el fervor religioso no tiene lógica (estar en la Finlandia de posguerra o en una de esas famosas iglesias contemporáneas tan bien capturadas en otro título de Toronto, Disco [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Jorunn Myklebust Syversen
ficha de la película], de Jorunn Myklebust Syversen). Pero es como si Maria estuviese privada de sus poderes desde el principio de la película, como si fuese reducida a otra figura del estilo Manson, cuando desaparecen los alucinógenos.
Es muy revelador que, cuando Viitala está lejos, las cosas vayan más rápido, y no sólo se debe a la libertad reinante en la comunidad aislada. La responsable es Saga Sarkola, una revelación del reparto en el papel de Malin, una “chica de la calle” que ha visto de todo, y (o precisamente por eso) permanece lúcida ante la locura que empieza a presenciar. Desconfía de los “fanáticos de Jesús”, pero está encantada de interpretar el papel, sobre todo si viene acompañado de una pensión completa. En la película no hay muchas partes interesantes, y Sarkola se roba el show, casi por accidente. Si el objetivo de Bergroth era crear un espacio para el nacimiento de una estrella, lo ha conseguido, aunque quizás no en la forma que se esperaba. Otra vez, Dios obra de forma misteriosa.
Maria’s Paradise, producida por Daniel Kuitunen, Evelin Penttilä, Kaisla Viitala para Elokuvayhtiö Komeetta Oy y Stellar Film, se ha hecho con el apoyo de Finnish Film Foundation, Cultural Endowment de Estonia y el Estonian Film Institute. Otros colaboradores son YLE, Finnish Church Media Foundation, Promotion Centre for Audiovisual Culture y Film Estonia. LevelK gestiona las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.