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BATUMI 2019

Crítica: The Harvest

por 

- El primer largometraje documental de Misho Antadze contrapone actividades agrícolas y tecnológicas en la región georgiana de Kakheti

Crítica: The Harvest

¿Sabías que Georgia es el segundo mayor exportador de Bitcoin del mundo después de China? Para ser más exactos, la región de Kakheti, al este de Tiflis, “cosecha” el 15% de la criptomoneda mundial. En su primer largometraje documental, The Harvest [+lee también:
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, el joven director georgiano Misho Antadze contrapone esta actividad, que muchas personas no comprenden pero que suele estar ligada a la alta tecnología, con la predominancia de explotaciones agrícolas en la región. La película se estrenó en la sección Say No More de Róterdam y acaba de proyectarse en la Documentary Competition del Batumi International Arthouse Film Festival.

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La película empieza con una escena que, de alguna manera, lo dice todo: en una habitación contigua a una carnicería, una TV está encendida y emite un reportaje sobre un congreso en Tiflis, donde un robot con inteligencia artificial habla de su admiración por Georgia. En otra pared, hay un cuadro de Stalin, y el carnicero, rodeado de moscas, limpia ganchos de carne.

Este zumbido pronto da paso al de los transformadores que un joven está arreglando en su casa, y a esta escena le sigue el zumbido de las abejas de una colmena en un campo cercano a una central eléctrica, cuyo zumbido es el más fuerte de todos. La película se apoya mucho en el diseño de sonido (a veces demasiado), en la elegante cinematografía de Alexander Girav y en la edición asociativa y equilibrada de Daphne Rosenthal.

Apenas hay música y diálogo en este documental estrictamente contemplativo, que alterna escenas de actividades rurales como ordeñar vacas o arar viñedos, con trabajadores que reparan una línea eléctrica, mecánicos que arreglan un coche, niños que juegan con un dron, dos chicos que juegan un partido de fútbol en una consola y un grupo de niños que juegan al fútbol en un campo de verdad. En una escena, un hombre en silla de ruedas vigila una habitación con docenas de ordenadores y módems.

Sin embargo, el contraste es más complejo que una simple yuxtaposición: en estas actividades agrícolas también se utiliza maquinaria y, por otra parte, muchos de los ordenadores que aparecen en la película se encuentran en casas humildes y rurales. En una escena, tres hombres llevan a unas vacas a pastar a una colina cubierta por grandes platos satelitales.

Pero este tipo de contraste ya no es tan nuevo y las imágenes no son tan estremecedoras desde que sabemos que la mayoría de noticias falsas durante la campaña de Trump fueron creadas por jóvenes hackers en un pequeño pueblo del norte de Macedonia, o que en Ghana, los fraudes por internet se combinan con rituales religiosos, como se puede ver en Sakawa [+lee también:
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, de Ben Asamoah.

El bitcoin mining, que requiere mucha energía eléctrica, gravita en torno a países con electricidad barata, y aquí es donde los ingeniosos emprendedores georgianos han encontrado su nicho, algo que hace mucho menos sorprendente a la película de Antadze. Pero el joven director demuestra que tiene las habilidades técnicas necesarias y buen instinto para el concepto.

The Harvest es una coproducción entre la compañía georgiana CineMark y la compañía con sede en Los Ángeles, Pantheon Pictures.

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(Traducción del inglés)

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