Crítica: Del inconveniente de haber nacido
por Carlota Moseguí
- BERLINALE 2020: El segundo largo de la austríaca Sandra Wollner es un drama de ciencia ficción protagonizado por una niña-androide que descubre la banalidad de su existencia
El jurado de la competición Encounters de la 70ª edición del Festival de Berlín entregó su Premio Especial al segundo largometraje de la cineasta austríaca Sandra Wollner. Tras debutar en 2016 con el documental The Impossible Picture [+lee también:
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ficha de la película], la directora nacida en Leoben vuelve a explorar la dimensión oscura de la memoria y el deseo en su polémico relato nihilista de ciencia ficción Del inconveniente de haber nacido [+lee también:
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entrevista: Sandra Wollner
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El film titulado en homenaje al libro homónimo que escribió el filósofo Emil Cioran se desarrolla en un futuro no muy lejano; concretamente, en una Viena distópica donde los androides conviven con seres humanos para servirles. La protagonista de esta trama parecida a ciertos capítulos de la serie de televisión Black Mirror es un robot con aspecto de niña de diez años. Elli (Lena Watson) desconoce el motivo de su existencia. El robot no sabe que fue programado para satisfacer los deseos de un pedófilo. La única certeza que posee es que su misión es pasar el verano con Georg (Dominik Warta), o ese hombre al que debe llamar ‘papá’.
Durante la primera mitad del film, el personaje de Elli es representado como una criatura obediente y, a su vez, feliz de obedecer. Al androide le encanta pasar todas las mañanas en la piscina con Georg, y no tener que acostarse pronto como el resto de niños del mundo. La voz en off de Elli repite, una y otra vez, cuánto se alegra de poder pasar el verano con su ‘papá’ puesto que, a diferencia de su madre, su padre sí le permite trasnochar. El robot no es consciente del contenido perverso de sus palabras. Éste ha sido programado para pronunciarlas, y seguirá haciéndolo hasta que alguien decida poner fin a su existencia.
Los seres humanos que recurren a la inteligencia artificial en la película son personas traumatizadas, que viven atrapadas en su memoria, reviviendo el pasado, o soñando con cumplir sus fantasías irrealizables. Y, así, el segundo propietario del robot protagonista de The Trouble With Being Born usa al autómata para resucitar de entre los muertos a un ser querido que perdió hace años. La anciana Ms. Schikowa (Ingrid Burkhard) cambia el género del androide cortándole el pelo y vistiéndole como un chico al que llama Emil. Sin embargo, la criatura no ha sido reprogramada para olvidar al personaje de Elli e interpretar un nuevo rol.
Sandra Wollner pone en escena la crisis existencial de un androide que descubre que nunca podrá elegir su identidad; pues, su función en el mundo siempre estará condicionada por el deseo de los otros. Nunca el suyo. Definida por la directora como un ‘anti-Pinocho’, Del inconveniente de haber nacido resulta una notable actualización futurista del mito de Frankenstein, transcurrida en un mundo hipertecnológico, donde la programación traspasa la frontera entre la vida y la muerte.
La película ha sido producida por la austriaca Panama Film y coproducida por las alemanas The Barricades, ZDF y Filmakademie Baden-Wurttemberg, y la vende al extranjero la compañía afincada en Dubai Cercamon.
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