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CRACOVIA 2020

Crítica: The Happiest Man on Earth

por 

- Como Jarvis Cocker hizo anteriormente en Pulp, Joonas Berghäll se pregunta en su documental qué es necesario para ser un hombre de verdad

Crítica: The Happiest Man on Earth
Joonas Berghäll en The Happiest Man on Earth

A pesar de los cambios que está experimentando la sociedad a nivel mundial, los estereotipos de género siguen muy arraigados en la mente de las personas. Todavía se puede “llorar como una niña” o “comportarse como un hombre”, después de “echarle huevos” y no “ser una nenaza”. En el cine, las mujeres están ganando terreno con respecto a este tema, pero en The Happiest Man on Earth [+lee también:
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—que se proyecta en la edición online del Festival de Cine de Cracovia—, el finlandés Joonas Berghäll se segura de que los hombres expresen su opinión.

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Este tema se ha convertido en su especialidad, después de la película de 2010 Steam of Life [+lee también:
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(codirigida con Mika Hotakainen), que fue una revelación en el circuito de festivales. En ella, aparecían hombres con uñas cortas y duras sudando y descomponiéndose en saunas, rotos y expuestos. La película fue reconocida por una buena razón: su talento para lograr que se abran de esa manera unos hombres que no están acostumbrados a hablar de nada, solos con sus sentimientos malditos, es algo extraordinario. “Aprendí a beber y a fumar, y aprendí a contar chistes verdes. Si eso es todo lo que hay, entonces no tiene sentido para mí”, dijo Jarvis Cocker hace varios años, como si hubiera una respuesta para sus propios miedos. Verlos hablar de su dolor por la trágica muerte de sus hijos, de sus problemas laborales, de las peleas por la custodia o de sus problemas con la bebida, además de verlos tan vulnerables, es una experiencia interesante, y a veces incómoda, en especial para los que crecieron bajo el mandato de “¡Deja de quejarte! ¡Los hombres no lloran!” de la comedia Boys Don’t Cry, de Olaf Lubaszenko, que arrasó en las taquillas de Polonia en los dos mil, una orden en seco después de una interacción violenta.

¿Berghäll lleva su mensaje demasiado lejos? Quizás. Pero aunque los gritos de “igualdad de derechos para hombres y niños” suenen raros en la era del #MeToo y su opinión sobre la brecha salarial sea controvertida, es fácil comprender su postura. También porque él sale ahí fuera y, como Michael Moore, parece tener la habilidad de hacer sentir a las personas que están hablando con un amigo y no con un director. Berghäll comparte varios problemas y decepciones, además de cuestionar el concepto de Tinder y nombrar sus problemas de salud, incluidos los que contrajo en países como Kazajistán, o los problemas de su productora. “Finlandia es el país más feliz del mundo. La mitad de los finlandeses son hombres”, dice la película con bastante ironía, según los resultados de un informe optimista de las Naciones Unidas, seguido de un plano del director sentado fuera, en el frío, y sin parecer muy contento. Pero al menos en su mundo, los hombres lloran. Y, ¿sabes qué? A veces hace que se sientan mejor.

The Happiest Man on Earth ha sido producida por el director y Satu Majava para la compañía finlandesa Oktober Oy. Baloa Pictures se encarga de la distribución.

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(Traducción del inglés)

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