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Crítica: Tales From The Prison Cell

por 

- En su primer largometraje, el prometedor Ábel Visky aborda de forma original, generosa y conseguida el vínculo entre unos padres encarcelados y sus familias

Crítica: Tales From The Prison Cell

“Dicen que la imaginación libera. Nosotros queríamos saber si era cierto. Les pedimos a tres padres encarcelados que escriban cuentos de hadas para sus hijos y luego los transformamos en pequeñas películas donde actúan ellos”. Es el concepto que anuncia al principio de la película Ábel Visky (joven cineasta de origen rumano formado en Budapest, principalmente bajo la tutela de Ildikó Enyedi) y que ha desarrollado en su primer largometraje, Tales From The Prison Cell [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, que se estrena en Norteamérica en la sección Artscapes del Festival Hot Docs de Toronto (celebrado online), después de haberse estrenado en FIPADOC.

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“Por tu cabeza pasan todo tipo de pensamientos: buenos y malos”. El musculoso y hosco Gabor purga una pena de ocho años de cárcel por golpes y heridas, el celoso e infiel Tibor Jonas Jr fue condenado a cinco años por robo (y está acompañado por su padre-mentor, que cumple 12 años por el mismo delito más un secuestro) y el discreto contrabandista Zoltán fue condenado a ocho años (por robo, golpes y heridas). Pero sus rutinas y su soledad de reclusos dan un giro con la sorprendente propuesta del cineasta y nuestros cuatro “tipos duros”, que no pueden calificarse de intelectuales, escriben tres cuentos de hadas destinados a sus hijos.

“Cuando quieres a alguien, lo bueno te hace olvidar lo malo”. En el exterior, tres familias están en contacto con los prisioneros, cada una en una situación distinta. Ini, la pareja de Gabor (con quien tiene un hijo, Alex) vive con un nuevo compañero, Tibor Jonas Jr intenta convencer a Eniko (que tiene cuatro hijos que no son suyos) para que sigan juntos, a pesar de los consejos de su padre (“si estás concienciado con el crimen, no deberías comprometerte sentimentalmente”), mientras que la esposa de Zoltán y sus tres hijos (los mayores, Mátyiás y Dávid, y la pequeña Zsófi) esperan con fervor (“los dos hemos cambiado, yo he tomado decisiones sola”) una posible liberación anticipada después de seis años de cárcel.

Un pequeño cerdo criado por un lobo decide buscar a sus verdaderos padres, dos pescadores atrapan un pez que resulta ser la hija del rey del mar y que los salva de una tempestad, y un reino opulento gracias a los falsos dientes mágicos de cristal robados por un dragón, que dos jóvenes héroes y una pequeña princesa intentan recuperar: a través de la escritura de relatos y del rodaje de escenas (durante los permisos otorgados a los reclusos) que darán paso a excelentes cortometrajes que mezclan animación y escenas reales, el director Ábel Visky hace surgir con astucia los vínculos del corazón entre los diferentes protagonistas y da vida a esa materia casi inanimada, a ese profundo abismo entre reclusos y familia, entre el universo de la prisión y el mundo exterior. Un cuadro con muchas entradas, muy bien orquestado y con una puesta en escena muy bonita dirigido por un cineasta dotado de un gran potencial que está preparado para incursionar en la ficción.

Tales From The Prison Cell, producida por la compañía húngara Proton Cinema, ha sido coproducida por Arizona MPS, la compañía inglesa Taskovski Films y la croata Fade In, con el apoyo del programa Incubateur del Hungarian National Film Fund, Croatian Film Fund y de Creative Europe. Taskovski Films gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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