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PELÍCULAS / CRÍTICAS España / Austria / Alemania

Crítica: El buzo

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- Con su primera ficción, el austríaco Günter Schwaiger alerta sobre cómo el maltrato causa también profundos daños colaterales en los hijos

Crítica: El buzo
Àlex Brendemühl en El buzo

Dentro de las proyecciones especiales de la quinta edición del IbizaCineFest - Festival Internacional de Cine Independiente de Ibiza, que comienza (de momento, online) el viernes 26 de febrero (leer más), destaca la coproducción entre Alemania, Austria y España El buzo [+lee también:
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, dirigida por Günter Schwaiger. El cineasta estrenó hace ocho años el premiado documental La maleta de Marta, en el que ya se sumergía en las turbulentas y oscuras aguas de la violencia de género. De nuevo, ese espinoso asunto, desgraciadamente de actualidad, ocupa el centro argumental de su primera película de ficción, interpretada por Franziska Weisz, Julia Franz Richter, Dominic Marcus Singer y Àlex Brendemühl.

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encarna aquí a Paul, un músico de éxito acusado de malos tratos por su última pareja, Irene. Mientras espera la fecha del juicio sobre esta acusación, vive en un lujoso chalet ibicenco junto a su hijo, Robert, un chico sensible que a la vez ejerce de ayudante y casi criado. El joven sigue manteniendo un fuerte vínculo afectivo con Lena, la hija de Irene, que sueña con estudiar en Viena. Mientras, toda la tensión que viven sus padres les afecta irremediablemente…

Ilustrada con animaciones de Cristina Guisado García, El buzo pone el foco en un asunto no siempre suficientemente explicado: a los hijos –en edades especialmente sensibles– de maltratadores y sus víctimas les resulta complicado y doloroso aceptar lo que ocurre, y eso les afecta colateralmente, provocándoles daños profundos y psicológicos de difícil detección y solución. Por eso, este director austríaco –afincado en España y autor del guion de este film– ha optado por no cargar las tintas ni convertir esta denuncia en un melodrama lacrimógeno, aunque esté retratando algo tan abominable como inadmisible.

Como pincelada del carácter de los personajes centrales, el maltratador habita en un espacio grande, frío y rectilíneo, mientras la víctima vive en una acogedora y pequeña casa blanca ibicenca; y se muestra a los ambiguos personajes como seres dependientes de sus ex parejas y esclavos de sus inseguridades, emociones, caracteres y hábitos (a veces insalubres). Porque, además, la persona maltratadora no se limita a humillar a su pareja: su falta de empatía le hará cometer las mismas atrocidades con todo aquel que le rodea, en su afán manipulador en busca del dominio, el control y la sumisión ajena. Esa toxicidad acaba inundándolo todo.

A darle credibilidad a todo este complejísimo conflicto colabora un reparto sólido, un ambiente tenso y una siempre bella Ibiza, pero apegada a la tierra, alejada diametralmente de la postal turística más alegre e ilusoria.

El buzo es una producción de Günter Schwaiger Film Produktion. De su distribución en Austria se ocupa Filmladen.

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