email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS / CRÍTICAS Italia / Francia

Crítica: La tierra de los hijos

por 

- La nueva cinta de Claudio Cupellini, que adapta la novela gráfica homónima de Gipi ambientada en un futuro postapocalíptico, es un inquietante y ancestral reflejo del presente

Crítica: La tierra de los hijos
Valerio Mastandrea y Leon de la Vallée en La tierra de los hijos

La pandemia nos ha mostrado nuestra propia fragilidad y nos ha permitido entrever, con una pequeña fantasía pesimista, un mundo donde las certezas se han desmoronado y el barbarismo ha prevalecido. Es lo que suele ocurrir en las novelas y películas postapocalípticas, y La tierra de los hijos [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Claudio Cupellini, no es una excepción, ya que reúne muchos temas del género pero se revela como un exitoso producto europeo en ese nicho de mercado.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cupellini, que ha firmado varias películas ganadoras de festivales protagonizadas por actores como Toni Servillo (en Una vida tranquila [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Claudio Cupellini
ficha de la película
]
) o Elio Germano (en Alaska [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
), ha basado libremente su nueva película en la novela gráfica de Gipi (Coconino Press – Fandango, considerada una pequeña obra de arte por los amantes de los cómics). Escrita en tiempos insospechados, en 2016, la novela gráfica de Gipi —que se ha aventurado en el cine con Il ragazzo più felice del mondo [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Gipi
ficha de la película
]
y L’ultimo terrestre [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
— es la crónica de una post-catástrofe futurista no especificada que ofrece la imagen exacerbada de un presente incierto. Dibujada en blanco y negro con un trazo esencial, cuenta una historia directa y devastadora.  

Cupellini ha hecho una maravillosa película ancestral, acuática y perturbadora, grabada entre el Delta del Po, el lago de Chioggia y la planta en desuso de Porto Tolle, con movimientos de cámara amplios y nerviosos, y colores marrones y mate (el húngaro Gergely Pohárnok se encarga de la fotografía). El reparto es rico y heterogéneo, desde los protagonistas principales, interpretados por el talentoso Paolo Pierobon y la revelación Leon de la Vallée, un rapero romano de veinte años, a las estrellas Valeria Golino y Valerio Mastandrea, que aparecen en papeles secundarios pero esenciales.

El final de la civilización ha llegado, el agua y la tierra están envenenadas y llenas de cadáveres, la supervivencia es casi imposible. Entre los pocos supervivientes están un padre (Pierobon) y un hijo (de la Vallée), que viven en una choza en la orilla de un lago putrefacto. El padre es un tipo duro, de pocas palabras, y el hijo, que ni siquiera tiene nombre, le tiene miedo. Creció sin sentimientos, ignorando su pasado y a la humanidad. Al ser atacado por el perro de su vecino Aringo (Fabrizio Ferracane), lo mata con una daga y lo lleva a casa para despellejarlo y comerlo. El padre lo ve crecer y siente que el final de su vida está cerca. El chico espía a su padre mientras, por las noches, escribe en un diario palabras que el hijo no puede leer. Cuando su padre muere, el chico busca a la “bruja” (Valeria Golino) para abrirse y enfrentarse al mundo exterior, y encontrar a alguien que pueda leer el diario de su padre. Una vez fuera, conocerá a dos hermanos (Maurizio Donadoni y Franco Ravera) que cultivan la tierra y tienen prisionera, en una jaula, a una chica llamada Maria (Maria Roveran). Junto a ella, el chico huye a una gran estructura habitada por un grupo de supervivientes, liderada por un hombre implacable (Alessandro Tedeschi). Será tarea del verdugo (Valerio Mastandrea) matar al niño o demostrar si esa compasión y respeto por otros seres vivos sigue presente en los corazones de los supervivientes, entre las ruinas de la civilización.  

Cupellini alardea de la importancia de la escritura como una memoria indeleble de la humanidad, así como de la función formativa y simbólica del padre, en un conflicto eterno con su hijo, a través de una aventura evocadora y brutal que lo abre a la vida.  

La tierra de los hijos, que competirá en la sección internacional del próximo Karlovy Vary Festival, ha sido producida por Indigo Film con Rai Cinema en colaboración con la compañía francesa WY Productions, con el apoyo de la Región de Lazio-Fondo Regional para Cine y Audiovisual. 01 Distribution gestionará su distribución en Italia a partir del 1 de julio, mientras que True Colours gestionará las ventas internacionales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del italiano)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy