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LOCARNO 2021 Fuera de competición

Crítica: She Will

por 

- Charlotte Colbert combina la historia del cine, el arte y el terror gótico en una cinta que desafía los géneros al abordar los aspectos políticos que rodean al movimiento #MeToo

Crítica: She Will
Alice Krige en She Will

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, que se puede ver fuera de competición en el Festival de Locarno, encontramos reminiscencias de las brujas ocultas en las Highlands escocesas. Se podría decir que la película es un plato combinado típicamente escocés, compuesto por citas románticas fallidas, clases de arte, política sexual, terror gótico y ensoñaciones, y cuyo resultado final es un juego entre sueños y pánicos que se zambulle en el territorio #MeToo para luego unir todos los hilos argumentales en una historia de empoderamiento de la mujer.

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Se trata de un asombroso debut de Charlotte Colbert, una reconocida artista y galardonada realizadora cuyas obras se han expuesto en el V&A Museum of Childhood, en la galería Saatchi y en la feria Art Basel. Su recorrido artístico se hace palpable cuando el largometraje enlaza el cine de arte y ensayo con las exposiciones a través del simbolismo, logrando vincular la verdad emocional de los principales personajes con cualquier diálogo que ayude a avanzar la trama. Es la historia de una actriz madura,Victoria Ghent (Alice Krige), que viaja a una residencia con su ayudante, Desi (Kota Eberhardt), tras pasar por una doble mastectomía.

En este proceso de recuperación, Victoria saca fuerzas de la nueva oportunidad que le brinda la vida y el entorno. Los cambios implican a su subconsciente, y eso provoca que su mundo se convierta en una nebulosa de realidad y ensoñación en la que reaparecen inesperadamente antiguos traumas que estaban bien enterrados. Las visiones de Victoria y la neblina escocesa quedan retratadas gracias al gran trabajo del director de fotografía, la estrella emergente Jamie D Ramsay (Moffie [+lee también:
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), de tal manera que la realidad y la ficción se fusionan en un inquietante entorno. Los árboles son al mismo tiempo agobiantes y acogedores.

Victoria tiene flashbacks a cuando era una niña de 13 años. Fue seleccionada por el reputado realizador Hathbourne, que se aprovechó de su posición en el set para cruzar la línea con su estrella. Charlotte Colbert evita mostrar nada demasiado gráfico o incriminatorio, y deja hueco para que Hathbourne pruebe a defenderse. Ya de vuelta al tiempo real, Hathbourne es entrevistado para un programa de televisión en el que salen a la palestra acusaciones pasadas sobre su comportamiento, escenas que vienen curiosamente muy al caso. Sin embargo, la película utiliza el icónico rostro de Hathbourne, al que da vida el legendario Malcolm McDowell, y recuerda momentos de su papel protagonista en La naranja mecánica, un giro que resulta polémico con su descripción de la violencia machista contra la mujer. La película es muy consciente de su intento de redefinir la historia del cine sin intentar anotarse puntos subrayando que es una propuesta inteligente.

Krige, cuyo primer trabajo fue Carros de fuego, ha disfrutado de sus mayores éxitos sobre las tablas británicas, pero aquí Colbert utiliza los primeros planos y su maravilloso rostro para atravesar el maquillaje. Krige, una gran elección de casting, aporta pasión y resonancia a las escenas en las que su personaje, Ghent, absorbe la fuerza que le transmiten la naturaleza y la historia que la rodean. Eberhardt le da una buena réplica como Desi, que se enfrenta a sus propios problemas en un bar cuando Colbert investiga los problemáticos asuntos de los espacios públicos, la bebida y el ego de los hombres. Pero no todo es tan negro, porque Rupert Everett realiza una divertido cameo haciendo de profesor de arte.

Es una película delicada que no siempre acierta a la hora de maridar el simbolismo con la trama. A pesar de ello, Colbert logra con éxito convertir esta combinación de tramas, conceptos artísticos y terror gótico en una historia de empoderamiento de la mujer, en la que la fuerza que encuentra la mujer no llega a través de la venganza, sino a través de la comprensión colectiva.

She Will cuenta con la producción de la británica Popcorn Group (Jessica Malik) y Bob Last,y tiene la producción ejecutiva de Edward R Pressman, Sam Pressman, Ed Clarke, Sam Cryer, Hannah Leader, Thorsten Schumacher y Sara Woodhatch. Sus ventas internacionales las gestiona Rocket Science.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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