Crítica: The River
por Marta Bałaga
- En lo que se refiere al "cine contemplativo", la última propuesta del libanés Ghassan Salhab resulta particularmente lenta
Aunque The River [+lee también:
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ficha de la película], la tercera parte del tríptico que también conforman The Mountain y The Valley [+lee también:
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ficha de la película], compite en la sección principal del Festival de Cine de Locarno, no se puede negar la dedicación de Ghassan Salhab para tratar los problemas del Líbano sin pronunciar una sola palabra, como la pareja protagonista (interpretada por Ali Suliman y Yumna Marwan), que parece estar sentada en un restaurante, con aspecto triste.
Es una relación que —aunque sepamos poco de su pasado— está repleta de miradas incómodas y silencios muy largos, al menos hasta que se encuentran en el bosque. Es otoño, y uno supone que el mundo ya está vaciado de color y cubierto de hojas. O quizás está muriendo. Allí, ambos parecen abordar algunos problemas o volver a sentir deseo. Pero su escape es una ilusión, con los sonidos invasivos de los aviones de combate perforando el aire a intervalos regulares.
Si hay algo que Salhab comunica bien es la sensación de misterio, de que algo oscuro sucede detrás de la línea de los árboles o más allá de una niebla inusualmente espesa, que llega a absorberlos. Este bosque podría ser otra zona de Stalker, donde hasta los animales actúan de una forma graciosa. La tensión palpable entre ambos, claramente al borde de algo, puede sentirse a su alrededor, y cuando Suliman y Marwan aparecen juntos (aunque su actuación parece ser a cámara lenta), The River sigue siendo una de esas películas que parecen mucho más largas de lo que realmente son. Deambulan sin rumbo, y el hombre graba a su compañera como si quisiera probarse a sí mismo que ella está allí. Podría haber sido una historia sobre fantasmas, y quizás lo es. Pero es innegable que, a pesar de su atmósfera palpable, también es bastante aburrida.
“¿Era el mismo cuando me levanté esta mañana? Creo recordar que me sentí un poco diferente. Pero si no soy el mismo, la pregunta es: ¿quién soy?” Sorprendentemente, Salhab cita a Lewis Carroll o, mejor dicho, a su niña, Alicia, mostrando un agujero donde pudo haber desaparecido hace un momento otro conejo blanco con un chaleco y un reloj. Dada la pasividad de la película, también podría haber añadido: “O el agujero era muy profundo o la caída era muy lenta porque tuvo mucho tiempo para analizarse a sí misma y preguntarse lo que ocurriría a continuación”. Él nos hace preguntarnos por qué, al final, el amor nunca es suficiente.
The River es una coproducción entre Líbano, Francia, Alemania y Catar, llevada a cabo por Khamsin Films y escrita por Ghassan Salhab. Ha sido coproducida por The Postoffice, Les Films de l’Atlaï y Unafilm. Les Films du Losange gestiona las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)