Crítica: Une autre idée du monde
por Camillo De Marco
- El escritor, filósofo y activista francés Bernard-Henri Lévy ofrece una vuelta al mundo visitando las guerras olvidadas y las crisis humanitarias más urgentes
Se pueden decir muchas cosas sobre Bernard-Henri Lévy, pero desde luego no es un intelectual de salón. Algunas de las imágenes incluidas en el documental Une autre idée du monde —codirigido por el escritor, filósofo y activista junto con Marc Roussell y presentado en la Fiesta del Cine de Roma en 2021— lo retratan en momentos importantes de la historia reciente, como testigo directo de conflictos y crisis humanitarias. Con 22 años, ya estaba en Bangladesh, y en los años 80 se encontraba en Camboya y Tailandia junto a Joan Baez o Liv Ullmann. "Escribir, hablar, pero antes de todo viajar al lugar", en sus propias palabras. Inspirada en su libro Sur la Route des Hommes Sans Noms, esta nueva película sirve como testimonio, tras 25 años de reportajes escritos, del deseo de BHL (como se le conoce en Francia) de plasmar sus viajes en imágenes.
El filósofo sin fronteras define este documental como una 'gira mundial por las guerras olvidadas'. Un descenso a los infiernos con imágenes que resultan a menudo impactantes, libres de la censura televisiva, mostrando lo peor de la humanidad. Todo comenzó con una propuesta de Olivier Royant, editor de Paris Match, que en pleno confinamiento le ofreció a BHL una serie de investigaciones.
El documental comienza con una petición de ayuda para los cristianos de Nigeria, masacrados por Boko Haram, el ISIS africano, y abandonados por un gobierno influido por el islamismo radical. En el Cinturón Medio, BHL se reúne con Jumai Victor, que ha visto casas arder y a su marido y sus cuatro hijos morir ante sus ojos. Está embarazada, por lo que sus torturadores se limitaron a cortarle el brazo. Al final de este viaje, nos quedamos con la terrible sensación de estar de regreso en 2007, cuando las milicias montadas de Jartum sembraban la muerte en los pueblos de Darfur o Sudán del Sur, o incluso más atrás, en el genocidio de Ruanda. BHL vuelve a París sintiéndose desconectado, sin entender el enfado y las protestas de los chalecos amarillos.
Su siguiente viaje le lleva al Kurdistán sirio, a Rojava, la región autónoma de facto en el frente contra el ISIS y que "Occidente abandonó vergonzosamente en octubre de 2019 cuando Erdogan la invadió". BHL se reúne con el líder Aldar Khalil, "la inspiración invisible de la revolución democrática kurda". En el frente de batalla, conoce a jóvenes luchadoras kurdas. “La igualdad con los hombres se logra a través de las armas que cargan en sus manos”, reflexiona con amargura el filósofo. Estas mujeres le recuerdan a las guerreras amazonas de la reina Pentesilea, que defienden ciudades en la Ilíada de Homero. Posteriormente, saltamos a otra guerra olvidada: el conflicto de "baja intensidad" que se desarrolla en el este de Ucrania, en el Donbass. 450 km de frente "contra unidades de élite que trabajan para Putin". BHL se pregunta cómo logran resistir ante el segundo ejército más grande del mundo? "La aberración de una guerra en Europa".
De regreso a África, viaja hasta Mogadiscio, en Somalia, "una ciudad fantasma, abandonada a los señores de la guerra". En Daca, Bangladesh, conoce a Sheikh Hasina, "la única mujer en la Tierra que gobierna un país musulmán", y luego visita los campos de refugiados del Bazar de Cox, donde la pandemia ha empeorado la situación. Regresa a un París desierto en pleno confinamiento, "pero más importante que estar en casa es estar al lado de aquellos que no tienen hogar". Se va a Lesbos, en Grecia. El campo de refugiados de Moria es el más inhumano de Europa. Después viaja a Libia, donde recibió muchas críticas tras su controvertido documental Le Serment de Tobrouk. Por último, se desplaza a Afganistán, donde se reúne con el líder de la resistencia antitalibán Ahmad Massoud, hijo del Comandante Massoud, un héroe nacional asesinado por Al Qaeda. ¿Por qué involucrarse en este viaje incesante? BHL les dice a un grupo de estudiantes parisinos que se debe "al deseo de transmitir conocimientos". Nunca te acostumbras, siempre eres un recién llegado al abuso y al horror.
El documental es una producción de Kristina Larsen para Madison Films, coproducido por France 2 Cinéma y con la participación de France Télévisions, Canal+ y Ciné+.
(Traducción del italiano)
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