11/11/2021 - Shariff Korver ofrece una película cautivadora sobre tres soldados holandeses que pierden contacto con la realidad cuando su misión en Oriente Próximo sufre un inesperado vuelco

Joes Brauers, Spencer Bogaert, Tobias Kersloot y Omar Alwan en Do Not Hesitate

Aunque los protagonistas en Do Not Hesitate [+lee también:
entrevista: Shariff Korver
ficha de la película], de Shariff Korver, son tres soldados, no es la típica película bélica, como demuestra el hecho de que apenas hay disparos en sus 90 minutos de duración. Los problemas aparecen en la mente de las jóvenes tropas holandesas cuando su misión militar se vuelve amarga. Korver ha conseguido hacer una película fascinante en la que nosotros, como espectadores, somos testigos del proceso del trauma. Do Not Hesitate, estrenada en el Festival de Tribeca, llegará a los cines el 11 de noviembre. También ha sido seleccionada para competir por el Óscar a la Mejor película internacional en los 94º Premios de la Academia (ver noticia).  

Los protagonistas, Erik (Joes Brauers), Roy (Spencer Bogaert) y Thomas (Tobias Kersloot), se encuentran en medio de una misión de paz en un país no especificado de Oriente Medio. Les han ordenado quedarse atrás con un camión que se ha averiado y esperar ayuda. Después de disparar accidentalmente y enterrar a una cabra, empiezan a desarrollar una relación inestable e impredecible con su dueño: un chico de 14 años que vive en el lugar. La inestabilidad mental de los soldados empieza a aflorar puesto que no saben qué hacer con este chico tan dominante, que pide comida y agua en árabe, una lengua que no comprenden. A medida que aumenta la tensión, su impotencia se convierte en agresión hacia los demás. Cuando se ven sin agua, y la ayuda sigue sin aparecer, se vuelven dependientes de los conocimientos del chico sobre la zona. Al mismo tiempo, se muestran reacios a confiar en él. 

Su miedo y su falta de perspectiva los aleja de la realidad, algo que se percibe a través de las imágenes. Hay vastos paisajes y nubes pasajeras, sin apenas vida alrededor, por lo que podría ser otro planeta. La situación se descontrola cuando afloran sus emociones primarias y sus valores se vuelven fluidos, haciendo que el niño se convierta en una víctima del conflicto.  

La película cubre el proceso de exposición de los soldados a las situaciones extremas, como la situación que se encuentran Erik, Roy y Thomas. Plantea preguntas sobre el estrés que se crea y la forma de enfrentarse a él. La música también es un elemento interesante, ya que subraya el enfoque rectilíneo que uno puede esperar de un soldado profesional. La película empieza detrás de una batería, en algún lugar de Holanda. Erik todavía está en casa y toca por última vez, antes de la misión. Golpea la batería con intensidad y su entusiasmo es visible en su enfoque y su risa, desnudando su inocencia infantil. Después, nos damos cuenta de que él no sabía cómo sería. A medida que la trama se intensifica, la firmeza de Erik empieza a perderse. El ritmo se oye en toda la película para recordarle a Erik y a nosotros lo estable que creía ser.

La película concluye con el interrogatorio de los soldados en Creta, que ante todo se considera un momento para desahogarse antes de volver al mundo real. Las escenas de los chicos pasando de una discoteca a otra se yuxtaponen con intentos de hacer terapia. La bebida, el baile, el llanto y los gritos contrastan con la sesión grupal donde nadie habla de cómo se siente. “Es nuestro trabajo; nos entrenaron para ello”, resume uno de ellos.

Do Not Hesitate ha sido producida por la compañía holandesa Lemming Film, y coproducida por el canal holandés NTR y Heretic, con sede en Grecia. TrustNordisk gestiona las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)