Crítica: Met Mes
- La nueva película de Sam de Jong es un bizarro delirio cinematográfico sobre la vanidad, ambientado en una alucinada dimensión dominada por colores sobresaturados
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ficha de la película], la nueva película del guionista y director Sam de Jong, será recordada probablemente como una de las experiencias cinematográficas más extrañas de la temporada de festivales. El título, presentado en la Competición Tiger del Festival de Róterdam, sigue una narrativa muy simple: Una popular presentadora de televisión, llamada Eveline (interpretada por Hadewych Minis), decide dejar su empleo y empezar a trabajar en su primer documental, una cinta pretenciosa que define como "un retrato cálido y entrañable de la sociedad". Un día, mientras está en el parque, se distrae durante un momento y le roban la videocámara que usa para filmar su proyecto, que le había regalado recientemente su novio Ward (Gijs Naber). Sin embargo, la policía no se toma en serio su denuncia, y la compañía de seguros no quiere pagar, así que la protagonista decide mentir, asegurando que le han robado amenazándola "con un cuchillo" (en holandés, "met mes"). Como era de esperar, esto tiene importantes consecuencias para Yousef (Shahine El-Hamus), un joven estudiante de secundaria y principal sospechoso del caso.
Aunque la premisa puede sonar un tanto anodina, o al menos no destaca por su originalidad, los espectadores pueden encontrar otras razones para definir esta película como única. Imaginen entrar en una dimensión paralela alucinatoria, donde los colores están saturados (recordando ligeramente al barrio idílico de Peggy Boggs en Eduardo Manostijeras, de Tim Burton), los espacios parecen muy artificiales, los personajes siguen tendencias de moda que recuerdan a los años 70 y 80, y la tecnología que utilizan es moderna y anticuada al mismo tiempo (por ejemplo, la cámara de Eveline es una JVC antigua, mientras que los ordenadores portátiles y los teléfonos son claramente nuevos). Además, esta "fantasía de neón", visible a través del diseño de producción y vestuario de la película, no es el único aspecto fuera de lo común.
En Met Mes, los espectadores encontrarán actores sobreactuando, bruscos movimientos de cámara, ángulos atrevidos, efectos de sonido ridículos y decisiones de edición que pertenecen al reino de los dramas coreanos, las comedias de slapstick, los programas de televisión y los dramas psicológicos (parodiados). Casi todo lo que vemos en pantalla es literalmente exagerado, pero a pesar de su marcado gusto estético, el resultado general es sorprendentemente equilibrado: el foco de la película de Jong sigue siendo explorar los efectos de la vanidad, la hipocresía y la estigmatización.
Gradualmente, descubrimos por qué Eveline decidió mentir, y la revelación de sus motivos cataliza un importante componente metacinematográfico, que añade una dosis de profundidad a esta entretenida experiencia visual. El desarrollo de los personajes resulta bastante incompleto, pero de alguna manera se adapta a los límites y códigos establecidos de antemano por de Jong. Se trata, sin duda, de una elección honesta, que le permite mantener un enfoque lúdico a lo largo de toda la obra, con gran ironía y ligereza, presentando un mensaje concreto sobre los peligros de los prejuicios y la necesidad de ser el centro de atención (un tema particularmente oportuno).
Met Mes es una producción de la neerlandesa Lemming Film. Gusto Entertainment se encarga de la distribución nacional.
(Traducción del inglés)