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BERLINALE 2022 Forum

Crítica: Terra que marca

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- BERLINALE 2022: La película del portugués Raul Domingues juega con el espacio y el tiempo, que expande y dilata hasta el punto de subvertir radicalmente sus reglas

Crítica: Terra que marca

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, el segundo largometraje del joven director portugués Raul Domingues, presentado en la competición Forum de la 72ª Berlinale, es una especie de meditación o letanía con un aire antiguo. Se trata de una película radical y compleja que juega con las percepciones de los espectadores hasta subvertirlas. Acostumbrado a verse a sí mismo como la medida de todas las cosas, el hombre pierde su estatus privilegiado frente a la naturaleza, que ocupa su lugar, haciéndose cargo del tiempo y expandiéndolo a su antojo, jugando con sus expectativas hasta el límite de lo soportable.

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Sin diálogos y acompañada únicamente por los sonidos de la naturaleza (la lluvia, un arroyo, gritos de animales y canciones), los sonidos de las herramientas (como palas y azadas) golpeando la tierra, y los ruidos dispares de las herramientas agrícolas que interfieren en su ritmo, Terra que marca nos obliga a buscar en estos sonidos y las imágenes que los acompañan la razón de ser de la película (y mucho más).

Basada en el libro The Planetary Turn: Relationality and Geoaesthetics in the Twenty-First Century, de Amy J. Elias y Christian Mararu, la segunda película de Raul Domingues cuestiona la posición privilegiada que disfrutan los seres humanos como dueños y explotadores de la naturaleza, que se encuentra atrapada en el frenesí productivo de un mundo globalizado al que no le importan sus necesidades. Dentro de la meditación casi hipnótica que ofrece Terra que marca, las personas (concretamente los agricultores cuyas manos, filmadas en primer plano, muestran signos de trabajo duro), son tan solo una parte de un conjunto más amplio. También está la naturaleza, los árboles, el agua, los animales, las flores y mucho más. Somos simplemente una pieza de un rompecabezas mucho más grande y complejo, en el que cada uno de los elementos es tan importante como los demás.

La posición dominante de los seres humanos, como centro de un continuo espacio-temporal que les pertenece solo a ellos, se cuestiona a través de la restauración de un equilibrio necesario con la naturaleza. Aunque no se les expulsa completamente ​​de la pantalla (en la película aparecen dos campesinos, un hombre y una mujer, con las manos arruinadas por el trabajo, la tierra y el sol, que habitualmente aparecen filmados muy de cerca, revelando algún rasgo particular, como un cuello o un hombro), los seres humanos deben adaptarse al ritmo de la naturaleza que los rodea, anclándose firmemente en esta tierra que los sostiene (la campesina trabaja a menudo descalza, como si quisiera “sentir” la tierra). “Se trata de sensaciones que solo aquellos que han vivido en contacto con la tierra durante algún tiempo pueden sentir”, confiesa el director, que emplea su película para transmitir el profundo vínculo que puede desarrollarse entre el hombre y la naturaleza cuando el respeto ocupa el lugar central en el proceso de producción.

Mediante la observación de movimientos casi imperceptibles (una mariquita sobre una hoja, gotas de agua sobre una rosa, un petirrojo posándose en una rama o moscas golpeando el ojo de un caballo, que el director magnifica como si tratara de capturarlas), el enfoque temporal que adopta la película resulta absolutamente apropiado.

El rural portugués, protagonista indiscutible de la película, establece sus propias reglas, obligándonos a liberarnos del frenesí de la vida cotidiana y de nuestras propias expectativas y necesidades arrogantes. En lugar de intentar retratar el campo portugués como una especie de paraje idílico o un nuevo Edén moderno, el director intenta reconectarnos con un ritmo ancestral que alguna vez fue el nuestro, sumergiéndonos en un estado hipnótico a través de una observación meticulosa e implacable.

Terra que marca es una producción de Oublaum Filmes y Etnograf Films. Terratreme Filmes se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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