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BERLINALE 2022 Panorama

Crítica: Bettina

por 

- BERLINALE 2022: En su documental, Lutz Pehnert se acerca a Bettina Wegner, la mujer que cantó más alto de lo que habló

Crítica: Bettina

La cantautora (¡y bibliotecaria!) Bettina Wegner es apenas conocida, sobre todo a nivel internacional, aunque hasta Joan Baez interpretó una de sus canciones. Aún así, eso es precisamente lo que hace que funcione este pequeño documental de Lutz Pehnert, Bettina [+lee también:
tráiler
entrevista: Lutz Pehnert
ficha de la película
]
, proyectado en la rama Dokumente de la sección Panorama de la Berlinale. Uno se lleva la impresión de haber descubierto algo especial por una vez, o más bien a alguien: una mujer que, se dice, solo quería cantar canciones de amor. Y luego surgió alguna otra cosa.

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Esa frase suena bien, pero no tiene nada de cierto. Ahora tiene más de setenta años, y Wegner claramente ha sido una activista desde el principio, más interesada en la política y la justicia social que en el típico dilema de “me quiere, no me quiere…”. No es que no sea personal; lo contrario es cierto, de hecho. “Creí que el mundo se desmoronaría, pero no lo hizo”, dice ella,  desgarradoramente, recordando una aventura amorosa que terminó abruptamente cuando se quedó embarazada. Más tarde, cuando canta sobre cómo sería ser un hombre, disfrutar de sus libertades, porque “cuando el amor te trae un bebé, ¿por qué debería importarme?”, resulta obvio que sus letras no surgieron de la nada.

Descubrir todas estas canciones es un placer: algunas te dejan con la boca abierta por su exactitud emocional; otras, bueno, señalan que los niños buenos no se comen los mocos. Esto es lo que hace a la protagonista de Pehnert tan especial, ha pasado por muchas cosas, y luego aún por más, pero es divertida.

Resulta interesante porque, de acuerdo a los materiales presentados aquí, no siempre fue este el caso. La Bettina más joven, de voz suave, no puede ni siquiera mirar a su entrevistador a los ojos, o necesita asegurar a su nerviosa audiencia que “tiende a cantar más alto de lo que habla”. Quizás es algo que la edad te aporta si juegas tus cartas bien: una sensación de sentirse cómoda con una misma y con todos tus errores pasados, y Wegner ciertamente puede admitirlo cuando se equivoca. O cuando apuesta por el hombre equivocado.

Visualmente, la película apuesta por lo seguro; hay una entrevista con la música y metraje de archivo, y eso es todo. El único momento original nos llega cortesía de la vez en que Wegner fue llevada a juicio por protestar contra el brutal fin de la Primavera de Praga, con una transcripción del interrogatorio en pantalla. Además, es una historia muy regional, muy berlinesa, de hecho; se vio obligada a dejar atrás Alemania del Oeste en los 80 y se ha sentido desplazada desde entonces.

Dicho esto, después de un tiempo, deja de importar. Tienes la oportunidad de escuchar a una chica que “lidió con preguntas filosóficas desde una edad temprana”, una artista, una mujer que se casó con alguien porque le quería, mientras él creía que así podrían tener un piso. Una mujer que fue de afirmar que uno no debería “llorar nunca cuando te hacen daño” a admitir que, en realidad, llora a veces, aunque se dice a sí misma que no debería. Además, las canciones de amor de Wegner nunca tuvieron un final feliz de entrada, dice ella. Simplemente nadie estaba prestando atención.

Bettina fue producida por las compañías alemanas solo:film y RBB.

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(Traducción del inglés por Angélica Ramos)

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