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BÉLGICA

Crítica: Nowhere

por 

- Peter Monsaert nos entrega un retrato de dos hombres, el de un padre sin hijo y el de un hijo sin padre, un drama familiar que desafía a su destino para ir hacia la luz del sur

Crítica: Nowhere
Koen de Bouw y Noa Tambwe Kabati en Nowhere

Peter Monsaert se hizo notar en 2012 con su primer largometraje, Offline [+lee también:
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, la historia de un hombre herido y condenado cuya reinserción no sale según lo planeado. La película, premiada con el Gran Premio del Festival de Amiens, también ganó el Ensor al Mejor guion. El director regresó cuatro años después con Le Ciel Flamand [+lee también:
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, donde se reencontraba con su actor fetiche de entonces, Wim Willaert, que volvía a interpretar a un hombre desgastado, en una historia oscura y violenta, donde había poco lugar para la redención. Nowhere [+lee también:
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, que la semana pasada abría el Festival de Ostende, supone un punto de inflexión, ya que empieza la película en tierras que conoce bien, para dejarla escapar hacia la luz con un final inesperado donde la esperanza es posible.

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Nowhere empieza cámara al hombro, en una atmósfera oscura y pesada. Seguimos a André, de 55 años, ex camionero convertido en capataz. Enseguida nos enteramos de que estamos ante un padre de luto, que se sumerge en el trabajo, y le da vueltas a la situación. La estética devastada de las zonas industriales grises por las que se mueve son un eco del desierto afectivo que atraviesa.

Pero su vida tan átona como monótona se ve alterada cuando sorprende en pleno robo a Thierry, un joven perdido, que okupa las obras. El padre sin hijo se encariña con el hijo sin padre. Su falta y su sed de confianza se reencuentran para dar comienzo a una amistad profunda, que despierta sentimientos que creían perdidos para siempre.  

Pero mientras Thierry se muestra reacio a toda forma de autoridad, André ve resurgir la amenaza de un pasado criminal difícil de enterrar. Aunque todo parece alejarlos, también los anima a retomar el curso de sus vidas golpeadas: André y Thierry van a permanecer unidos para descubrir la problemática historia familiar del joven. No estaban en ninguna parte, pero se encuentran aquí y ahora, y ambos encuentran en el otro tranquilidad y liberación.  

Hombres tiernos. A través de la singular trayectoria de un hombre y de un chico (ya) vencidos, Peter Monsaert se da el extraño lujo de ver llorar a los hombres. André es interpretado por el intenso Koen de Bouw, cuyos rasgos marcados e incisivos permanecen en la retina, y cuyas lágrimas cuentan casi el doble. Junto a él, Thierry, interpretado por Noa Tambwe Kabati, que interpreta su primer papel de envergadura, es una auténtica revelación cuya energía más viva o más opaca ofrece un contrapunto fuerte a la presencia de De Bouw. Ambos se liberan, poco a poco y por sus propios medios, de los mandatos de la masculinidad que parecen definirlos casi a pesar de ellos.  

La película, que empieza como un drama social oscuro, anclado en el áspero mundo del trabajo y del ingenio que destruye el cuerpo y el alma, termina por encontrar el final del túnel para ofrecer a sus protagonistas otras posibilidades, abrir la puerta a un poco de esperanza; y Peter Monsaert, casi contra todas las expectativas, hace la audaz elección de un final feliz cualquier cosa menos cursi.  

Nowhere ha sido producida por Lunanime y coproducida por Need Productions. La película será distribuida en Bélgica por Lumière, donde se estrenará el 6 de abril.

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(Traducción del francés)

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