Crítica: Je suis noires
por Giorgia Del Don
- La periodista Rachel M’Bon y la directora Juliana Fanjul ceden la palabra a las mujeres negras en Suiza, lo que supone un primer paso para liberar voces tradicionalmente silenciadas

Desde su primer largometraje, Muchachas [+lee también:
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ficha de la película], la directora de origen mexicano afincada en Ginebra Juliana Fanjul ha demostrado un claro interés por los personajes femeninos que habitan silenciosamente los márgenes de la sociedad. Por eso, no es de extrañar que se sumase al proyecto que la periodista y experta en comunicación suiza Rachel M'Bon llevaba preparando desde hace tiempo, y que ha culminado en Je suis noires, una película que da voz a las mujeres negras en Suiza, imponiendo su imagen en un panorama visual que tiende a excluirlas (basta con echar un ojo a la publicidad o a las personalidades políticas y mediáticas de Suiza). Se trata, sin duda, de un proyecto ambicioso y complejo, que obligó a Juliana Fanjul a cuestionar su propia legitimidad como portavoz de una realidad que ella no ha experimentado personalmente, así como la necesidad de hacerlo para llenar el vacío actual en la industria cinematográfica suiza (y en cualquier otra).
Concebido desde el principio como un retrato coral de una Suiza polifacética, y presentado en la competición de Documentales Creativos del FIFDH, Je suis noires está liderado por la directora y protagonista Rachel M'Bon, que entrevista a un grupo de mujeres suizas de origen africano sobre su relación con la alteridad. Las conversaciones se convierten en reflexiones personales. Las de la directora giran en torno a su propia vida y a sus continuos y agotadores esfuerzos por mimetizarse con su entorno, hasta lograr el objetivo final: liberarse de esa marca de “diferencia” que, en su caso, está ligada a sus orígenes congoleños y suizos, pero que podría manifestarse fácilmente a través de otras (maravillosas) formas de “divergencia”, como la homosexualidad, la transidentidad o la discapacidad física o mental.
Hay seis protagonistas en esta película: Tallulah Bar, una gerente de banco que confiesa que de niña soñaba con despertarse con la piel blanca, y que lucha continuamente con sus propios prejuicios sobre su aspecto; Brigitte Lembwadio, una abogada que reflexiona sobre los muros que ha construido al expresar su propia identidad (“si yo, la primera mujer negra admitida en el Colegio Internacional de Abogados, no me atrevo a liberarme, ¿quién lo hará?”, le pregunta a la directora); Carmel Frohlicher, psicóloga que defiende la importancia de una Suiza multicultural; Armelle Saunier, otra directora de banco que está preocupada por sus hijos y la estigmatización que puedan sufrir en el colegio; Paula Charles, exbailarina erótica y escritora, y la estudiante Khalissa Akadi, de diecisiete años, que trata de encontrar su camino como mujer suiza mestiza.
Je suis noires plantea la cuestión crucial de la visibilidad (o más bien invisibilidad) de las personas negras en el panorama cultural y mediático suizo, pero la película se habría beneficiado de evitar el binarismo entre blancos y no blancos, dos categorías que son increíblemente complejas en sí mismas (como enfatiza la propia directora) y difíciles de examinar como grupos “monolíticos”. El origen étnico trae consigo una multitud de cuestiones adicionales, relacionadas con la posición social, la orientación sexual o los temas de género, que también habría sido interesante explorar o, al menos, destacar un poco más. Al igual que muchos otros países, no hay duda de que Suiza sufre una falta crónica de figuras que representen a las “minorías”, fundamentales para el crecimiento de la nación, pero este problema tiene implicaciones mucho más amplias, tanto a nivel temático como geográfico.
La ira y la frustración de Rachel M'Bon, emociones palpables que la llevaron finalmente a rechazar su propia identidad, son la fuerza que impulsa esta película, un primer paso crucial hacia la liberación de voces que han estado silenciadas durante demasiado tiempo.
Je suis noires es una producción de Akka Films (que también se encarga de las ventas internacionales) junto a RTS Radio Télévision Suisse.
(Traducción del italiano)
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