Crítica: It Is in Us All
por Marta Bałaga
- En su película premiada en el SXSW, la directora norirlandesa Antonia Campbell-Hughes retrata a los hombres sin las mujeres
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ficha de la película], de Antonia Campbell-Hughes, que acaba de ganar el Reconocimiento Especial del Jurado a una Visión Cinematográfica Extraordinaria por su reparto y equipo en el SXSW, Hamish (Cosmo Jarvis) no está de humor. No está de humor para flirtear con la agradable mujer que le entrega las llaves de su coche alquilado, y tampoco está de humor para visitar la ciudad natal de su difunta madre en Irlanda. No nos sorprende que se vea envuelto en un accidente de tráfico que le cuesta la vida a un niño, (parece que algunas partes de Hamish se perdieron hace mucho tiempo, incluso antes de que los medicamentos administrados empezaran a hacer efecto).
Pero ese día había otro niño en el otro coche, Evan (Rhys Mannion), de 17 años, y algo los une. Es natural; después de todo, han experimentado lo mismo, el mismo miedo. El trauma une a las personas, y hay muchas historias sobre ello, también de naturaleza agradable. Esta historia cambia la tranquilidad por el tormento, a medida que el dolor de Hamish se hace más profundo. Y aunque esta nueva amistad, o fascinación, le da algo de consuelo, no soluciona el verdadero problema. Es lo mismo que poner pegamento en una herida abierta. Puede funcionar por el momento, pero a la larga puede que no sea una buena idea.
Campbell-Hughes (que también interpreta a la madre del chico fallecido) ofrece una película con el tipo de soledad que parece contagiosa, donde Hamish está rodeado de habitaciones vacías y espacios diáfanos que no lo dejan respirar. Podría ser uno de los relatos de Hombres sin mujeres, de Haruki Murakami. Se insinúa que, siguiendo el rastro de su difunta madre, intenta curar una herida que lo ha estado atormentando durante mucho tiempo. Le dicen que es “un hombre muy afortunado” cuando se despierta en la cama de un hospital, pero no está convencido. Hamish ya sabe el alcance de su infelicidad, y ahora también lo sabe Evan, que insiste en que él lo miró fijamente antes del accidente y tuvo tiempo de desviar su trayectoria. Pero no lo hizo.
Es todo tan enigmático que depende de Jarvis evocar algunas emociones concretas, y lo hace. Es raro que un actor tan interesante no haya tenido todavía una trayectoria exitosa como la de su compañera en Lady Macbeth [+lee también:
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ficha de la película], Florence Pugh, por ejemplo. Es divertido que nos recuerde lo que sabe hacer, desde un “animal herido” a un hombre triste, que merodea entre niños que bailan una versión instrumental de “Genio atrapado”, de Christina Aguilera, aunque sea un sueño. No queda muy claro qué es lo que busca (¿su interés es de naturaleza sexual o se siente más a gusto entre ellos porque no le importaría revivir su niñez?). Además, cuando debe ocuparse de sus heridas en casa, vemos una comedia puramente física: la cinta americana tiene un papel mucho más importante que el pobre Claes Bang, atrapado en un extraño cameo de una videollamada donde interpreta al padre de Hamish.
Lo que Campbell-Hughes no consigue a través de la historia, lo compensa con el estado de ánimo. “Cada elemento creativo de It Is in Us All, desde la edición y la música hasta las actuaciones y la fotografía, trabajan en conjunto para crear una atmósfera inquietante”, afirmaron los miembros del jurado en SXSW, y es vergonzoso que de repente la directora decida explicar todo al final. Cuando tienes un secreto, debes guardarlo.
It Is in Us All ha sido producida por la irlandesa Pale Rebel Productions.
(Traducción del inglés)
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